Alivio y prudencia ante el fin de la mascarilla en el transporte público
«Estoy feliz», asegura una conductora; otras personas optaron por mantenerla
Algunas personas prefieren mantener la protección. FERNANDO OTERO
El fin de la mascarilla se estrenó ayer en León entre el alivio para una buena parte de conductores y viajeros y la prudencia de quienes prefieren mantener la protección en el transporte público. «Estoy feliz», comentó una conductora que, tras 1.010 días, pudo prescindir del tapabocas para su jornada laboral de casi ocho horas. «Últimamente ya las usaba quirúrgicas porque las otras son más fuertes y me costaba más respirar», señaló.
En el bus, la mayoría de viajeros sube sin mascarilla. Pero hay personas que la mantienen. Escolares, mayores y mujeres de mediana edad. No hay un perfil concreto. Si por la mañana hubo más despistados que subían con ella y la quitaban al darse cuenta que no era obligatoria. La retirada de la protección coincide con las cifras más bajas de incidencia de la pandemia desde que se restringió la estadística a los mayores de 65 años. En León, en particular, los indicadores de riesgo están en situación de circulación controlada con 17 pacientes hospitalizados en planta, nueve en Ponferrada y ocho en León, y con las UCI libres de covid.
Los epidemiólogos han aconsejado que se mantenga esta protección en personas vulnerables y también como una forma de prevenir problemas respiratorios que son frecuentes en esta época del año.
Algunas personas no recordaban que había entrado en vigor el decreto que anula la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte público, las ópticas, centros auditivos y ortopedias. Sigue siendo obligatoria en centros de salud, hospitales, clínicas dentales, centros sociosanitarios, visitas en espacios comunes en residencias de mayores y centros médicos especializados como los dedicados a reproducción asistida o la interrupción voluntaria del embarazo. Ahora son las oficinas de farmacia donde empieza a despuntar la idea de que se retiren las mascarillas. Una encuesta realizada entre casi medio millar arroja como resultado que seis de cada diez profesionales son partidarios de que se suprima la obligatoriedad de la mascarilla en las boticas a las puertas de los tres años del covid.