Diario de León

La anciana juvenil que triunfa como actriz desde León

Concepción Abraira, conocida como Chiti en León, se convirtió en actriz tras décadas enseñando matemáticas. A sus 70 años, cosecha nuevos papeles como el de «anciana juvenil» que se sube al elenco del cortometraje ‘A-normal Bus’ para el que la productora Santa Locura busca mecenas en Gofundme

Concepción Abraira en una de sus fotos promocionales. DIVINA QUININA

Concepción Abraira en una de sus fotos promocionales. DIVINA QUININA

León

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Profesora de matemáticas, actriz y cofundadora de Trabicale, la asociación que nació en León para ayudar a las personas con trastorno bipolar, Chiti, como se conoce en León a Concepción Abraira, defiende que no hay tanta diferencia, sino todo lo contrario, entre la tarima y el escenario. «Los oficios de profesor/a y actor/actriz parten de lo mismo: captar la atención de la audiencia y hacer el mensaje creíble, aunque en matemáticas esto último sea más fácil, pero no tanto en didáctica de las mates, que era lo mío».

Después de muchos años trabajando en la Universidad de León como especialista en Didáctica de las Matemáticas, en 2004 se lanzó «al teatro de verdad». «En el teatro de la de la vida, incluido el del aula, desde que tengo uso de razón», añade  con su peculiar visión del mundo.

Fue a raíz de la iniciativa de unos compañeros de la Universidad de León, Eloy Bécares y Mar Almar, que quisieron relanzar una asociación de teatro universitario. «Aquello duró un año, hicimos un montaje y después fui a la Escuela Municipal de Teatro», relata. 

En estos dieciséis años, con el parón de la pandemia de por medio, no ha dejado el escenario. 'La máquina Hamlet', de El Mayal, es su primera participación en este grupo de teatro de la Universidad de León en el que aún continúa. La obra le abrió las puertas al cine sin querer. «A mí me gusta el teatro, pero a raíz del primer montaje de El Mayal, que dirige Javier Rodríguez de la Varga, Alberto Taibo se interesó por mí y me dijo si quería participar en un cortometraje y le dije que sí». También fue alumna de Aula-T con Mercedes Saz y Chemaconcedeclown.

Después de otros pequeños papeles, Isabel Medarde, de Bambara Zinema, la fichó para La proeza, de Isaac Berrocal, un cortometraje que ha merecido premios en festivales internacionales, y bajo su batuta actúa en La Ceremonia y Sesenta grados, en fase de distribución y producción, respectivamente, y con Iñaki Alonso, en Antolina, aún sin finalizar. 

También aparece en el videoclip de Tarna, con el tema el Canto de los Fugaos de Arbas, y en un vídeo publicitario para una residencia mayores. Todos los papeles le llegaron a demanda de directores o productoras. La primera vez que se presentó a un casting fue con As Bestas, de Rodrigo Sorogoyen, donde entró en el elenco como figurante. 

Del teatro al cine
Empecé en 2004 en el teatro universitario. Para el cine me llamó Alberto Taibo a raíz de ‘La máquina Hamlet’ de El Mayal

Cuando vio el anuncio de Santa Locura Producciones, que buscaba a «una anciana de 60 a 85 años con aspecto juvenil», decidió enviar el videobook que le hizo Isabel Medarde y las fotos de Divina Quinina. «Les interesó el perfil, después me pidieron un vídeo y me seleccionaron para A-normal bus», explica.

Esta «anciana juvenil» es «un personaje arquetípico que dentro del autobús critica una parte de la sociedad, la obsesión por la juventud y la belleza», explican Elsa Blueve e Isabel García, las fundadoras de Santa Locura. «Aparte de quedar muy bien en cámara, valoramos su propuesta para el personaje en el casting y su expresividad», apuntan las productoras.

Una tras otra, su visibilidad como actriz, en papeles pequeños o de más envergadura, le ha llegado con una edad en la que hace años las mujeres no tenían hueco en el celuloide. Cree que las nuevas generaciones de cineastas ya no abusan de culo y teta y aunque confiesa que no es cinéfila, ve que el cine de hoy trata de contar historias más reales y cercanas a la gente y con gente real. 

Como le dijo un compañero de departamento, «nunca te conocerán por ser la guapa de la película, pero vales para muchos papeles». Chiti lleva sus 70 años con aspecto juvenil, no porque lo exija el guión de A-normal Bus, sino por su espíritu, y con el apoyo incondicional de Colita, su perra, con la que a menudo se la ve paseando y escuchando la radio.  

Concepción Abraira se considera un ser inquieto. Y prueba de ello son las numerosas actividades en las que se ha involucrado a lo largo de su vida. Ha sido voluntaria en salud mental y con las personas sin hogar, algo de lo que se siente "muy orgullosa". Como profesora de la Universidad de León también se movió bastante. Fue varias veces a universidades de Latinoamérica a impartir clases de doctorado y en programas de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid). 

Se cuestiona todo y siempre buscó algo fuera de su labor profesional, aunque con el tiempo ha descubierto ese paralelismo que ve entre la escena y el aula. No es de extrañar que algunos amigos le animen a escribir sus memorias.

Conexión leonesa
«Concepción Abraira queda muy bien en cámara y valoramos su expresividad»

Prácticamente todos los papeles que le han tocado son de sufrimiento. En A-normal Bus todo parece indicar que romperá un poco esta tendencia. «Lo que siento al meterme en otra piel, es lo que creo que sentiría el personaje y me lo preparo... Otra cosa es si lo consigo transmitir», apunta la actriz leonesa, que aún conserva algo del acento gallego de su tierra natal.

Concepción Abraira confiesa que cuando se sube al escenario le asaltan una mezcla de sensaciones, «desde orgullo, importancia, vergüenza, miedo, vértigo y muchos nervios cuando estoy representando un papel». «Siento una especie de vértigo al verme en esto de ser actriz (en formación, matiza), que nunca se me había pasado por la cabeza...». Y se ha metido de cabeza.

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