Diario de León

El esqueleto de un sueño fabril y un bombardeo en Golpejar de la Tercia

La ‘Fabricona’. Fue la principal fábrica electrometalúrgica de España en los años 20

ARGüELLO

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León

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Los restos de la ‘Fabricona’ no dejan de sorprender a quienes se acercan hasta Golpejar de la Tercia o desde los pocos trenes que pasan hacia Asturias contemplan la imponente ruina. Muy poca gente sabe, fuera de los lugareños, saben que los imponentes edificios que se atisban son los vestigios que quedan de «la principal fábrica electrometalúrgica que hubo en España en los años 20 del siglo», como apunta el ingeniero de Minas e investigador Roberto Matías.

La Metalúrgica del Cobre y del Cobalto de Villamanín, nombre de la sociedad que levantó el complejo fabril entre 1928-1929, fue un efímero sueño de cobalto y cobre asociado a las reservas de estos minerales en la histórica mina La Profunda, situada ya en el término municipal de Cármenes.

El proyecto, bautizado inicialmente como Coto Minero La Profunda, apunta Matías, se gestó poco antes de los años 20. Al finalizar la I Guerra Mundial, el cobalto se convirtió en un mineral codiciado y estratégico no ya solo por sus usos en la industria de la porcelana para conseguir el famoso ‘azul cobalto’. «En el siglo XX se generaliza su utilización para la fabricación de herramientas de corte, aleado con cromo (‘ estelita’ ), sustituyendo con ventaja al acero rápido en la industria de fabricación», explica el ingeniero, que comisarió una exposición sobre La Fabricona en el MSM de Sabero hace unos años.

La Metalúrgica del Cobre y Cobalto S. A. se constituye en Madrid el 17 de septiembre de 1924 y fue declarada «industria protegible por el estado y de aplicación a la defensa nacional» en 1927, pero sus acciones no salieron a la venta hasta 1929. Para entonces, y desde 1928, ya funcionaba la línea de baldes que, desde la Mina La Profunda, transportaba el mineral para su transformación.

La fábrica fue dotada con la tecnología más puntera del momento, lo que atrajo también a mano de obra especializada a una comarca hasta entonces eminentemente agrícola y ganadera. «La casa inglesa W. Canning&Cº, de Birminghan, fue la encargada de proporcionar los motores eléctricos y las dinamos que generaban la corriente continua para la alimentación de las celdas electrolíticas», explica Matías. Por el tamaño de la fábrica se estima que podía producir entre 50 y 100 toneladas diarias. Los minerales se transformaban en lingotes de cobre y compuestos de cobalto y níquel para aplicaciones industriales.

 

La crisis mundial de 1929, la bajada de los precios internacionales del cobalto y los malos cálculos sobre las reservas reales en La Profunda hicieron que la fábrica cerrara apenas dos años después de abrirse. En 1931 fue abandonada. En 1936, tras el golpe militar contra la IIª República, se convirtió en un lugar estratégico en la defensa del Frente Norte para las tropas republicanas. La compañía del capitán Luis Vaquero se atrincheró en las instalaciones.

Era un lugar estratégico para defender el paso a Asturias por el puerto de Pajares y se colocó en el punto de mira de la ofensiva sobre el Frente Norte que Franco ordenó el 21 de marzo de 1937 tras los sucesivos fracasos sobre Madrid. La Fabricona se convirtió además en uno de los lugares en los que se ensayó el bombardeo en alfombra ( carpet bombing ) con el que los aviones alemanes de la Legión Condor, cuya base se instaló en La Virgen del Camino, al mando de Wolfram von Richthofen, arrasaron Guernica en una operación a gran escala que marcó un punto de inflexión en la Guerra Civil por el impacto sobre la población civil, aunque desde enero de 1937 ya había habido bombardeos sobre otras poblaciones vascas como Baracaldo.

Se cree que el bombardeo sobre la Fabricona fue posterior al que sufrió la población civil de Durango, en Vizcaya, el 31 de marzo de 1937, y anterior al de Guernica, el 26 de abril. Aunque las investigaciones no han precisado hasta ahora la fecha exacta. Según Javier Revilla, la ofensiva sobre el puerto de Pajares iniciada el 9 de septiembre de 1937 no menciona nada acerca del bombardeo de la Fabricona. La historia del bombardeo se asienta por ahora en el testimonio oral de Raúl Vaquero, sobrino del capitán Luis Vaquero, recogido en un foro de la comarca de Gordón en 2007. La wikipedia cita entre 100 y 150 bajas de milicianos tras el bombardeo y, siguiendo el testimonnio oral citado, señala que Luis Vaquero resultó herido.

Sea como fuere, la Fabricona fue pasto del expolio después del bombardeo. Hoy quedan los esqueletos de sus edificaciones y llama la atención la pequeña nave que hace unos veinte años levantó un vecino para guardar ponis gallinas y otros animales. El Ayuntamiento de Villamanín desconoce la propiedad y aunque en algún momento se ha planteado explotar el lugar para usos turísticos, «lo hemos descartado porque no podríamos afrontarlo», asegura el alcalde, José Luis García Oblanca. El restaurante de Golpejar de la Tercia se asienta precisamente sobre la casa de los obreros y por encima se encuentra la casa de los jefes.

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