Fashion que no es fast y sí sostenible

carmen Tapia | león

Un millar de marcas apuestan en España por la moda sostenible. El sector crece al mismo ritmo que aumenta la concienciación social con el resurgimiento de movimientos que promueven hábitos de consumo responsable. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) acaba de poner a la ‘fast fashion’ (moda rápida) en el punto de mira al calificarlas de «emergencia medioambiental» por sus impactos negativos en el entorno y la salud. «Es la segunda industria más contaminante del país, por detrás del petróleo», explica Marina López, la presidenta de la asociación Moda Sostenible, a la que pertenecen diseñadores de León y Castilla y León. «Empezamos con cinco marcas en el año 2015 y ahora tenemos registradas ochenta de toda España».

En la industria de la moda sostenible la demanda va por delante de la oferta. «Tenemos un desajuste que hay que equilibrar, por eso somos cada vez más los que apostamos por un proceso textil más ecológico, con menos impacto ambiental», explica la leonesa Silvia Garrido. Garrido es alumna de la escuela de diseño y moda Liper y disfruta de una beca de la marca de lana merina Las Hidalgas con la que confecciona la colección que presentará en el desfile que Liper presentará en septiembre en la Plaza Conde Luna.

El compromiso de la directora de Liper, Brezo Rodríguez, contra la moda de bajo coste, se traduce en la organización en León de los actos de la Fashion Revolution que tienen lugar en el 24 de abril, coincidiendo con la conmemoración del colapso en 2013 de un edificio en Rana Plaza, en Bangladesh, que causó la muerte de 1.133 personas y dejó 2.500 heridos. «Es muy difícil luchar contra la moda de bajo coste. Cuando preguntas a la gente te dicen que sí, que están concienciados, pero los hechos son otros. Hay jóvenes que acumulan hasta cuarenta camisetas de bajo coste en su armario. Si una prenda te cuesta cinco euros tienes que preguntarte por qué. Hay que sensibilizarse de que detrás de ese precio hay trabajadores en condiciones precarias, además de la acumulación de basura textil».

Cada español consume, de media 34 prendas al año y desecha entre 12 y 14 kilos de ropa, según un informe de la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil (Asirtex). El gasto familiar por hogar en ropa descendió entre los años 2007 y 2015, sin embargo se mantiene el número de prendas consumidas, lo que demuestra el alcance de la moda a bajo precio.

A la basura textil se suma el impacto ambiental de la confección de las prendas. «Hacen falta 10.000 litros de agua para confeccionar un vaquero, desde la planta de algodón hasta que vuelve al vertedero», explica Mónica Calderón, de Vida Propia, marca que recicla pantalones vaqueros para confeccionar otras prendas. «La UE está fortaleciendo las políticas que favorecen la moda sostenible. En España se ha creado un grupo de trabajo al que pertenece la Asociación Moda Sostenible, a la que pertenecemos. Hay que concienciarse de que lo que consumimos afecta al mundo».

«Por suerte, el consumo responsable crece en España», asegura Marina López, «pero ahora la moda es de usar y tirar. La ropa barata no aguanta ni seis lavados y se tira, Hay que cambiar esa mentalidad porque nos sale la ropa por las orejas. Incluso les sobra a las oenegés». La ropa con tejidos orgánicos, naturales o reciclados ganan lentamente terreno. «Es volver a lo de antes, comprar sólo lo que se necesita y de buena calidad para que dure mucho tiempo. Hay que cambiar la mentalidad por el bien del medioambiente. Cambiar la forma de consumo porque si no es así vamos a la destrucción».

Las grandes marcas ya han empezado a dar pequeños pasos. «El futuro tiene que ser sostenible, sí o sí», argumentan desde la asociación.