Diario de León

La inflación fulmina las donaciones particulares al Banco de Alimentos

«Con el aumento del precio de la energía y los básicos casi no entran productos de las familias, que eran el 10% de las reservas», asegura la coordinadora de León

Productos del Banco de Alimentos de León, en una foto de archivo. RAMIRO

Productos del Banco de Alimentos de León, en una foto de archivo. RAMIRO

León

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«Cuando las cosas se ponen mal se ponen mal para todo el mundo». La responsable del Banco de Alimentos de León, Juani Pérez, confirma una caída «rotunda y fulminante» de las donaciones de productos procedentes de particulares desde el mes de marzo, poco después de comenzar la guerra de Ucrania. La subida de la inflación, con los precios al alza de los productos básicos de alimentación, electricidad y la gasolina pone a las economías familiares en aprietos, lo que frena el número de donaciones de productos que tradicionalmente se hacían a los bancos de alimentos. Juani Pérez asegura que las donaciones de particulares representaban hasta ahora el 10% de todos los productos de primera necesidad que se reparten a las entidades sociales y a las familias más necesitadas de León, aunque hay otras fuentes de recepción. El principal suministro de alimentos y productos procede de las donaciones que hacen las empresas de alimentación «que en León todavía no se ha notado la bajada pero que en otras provincias como Burgos está siendo más acusada», y los alimentos que se distribuyen por el excedente procedente de la UE.

Las familias leonesas reducen gastos para poder pagar las facturas mensuales, que llegan con la subida de los precios, lo que también se ha notado en la Gran Recogida de este año. «Tras la pandemia se ha cambiado el sistema y ahora no se donan alimentos sino el dinero para que nosotros compremos los productos. El primer año de la pandemia recaudamos 90.000 euros y este año sólo la mitad. Nos arreglamos porque compramos marcas blancas y con precios más asequibles. Se avecinan tiempos difíciles y complejos. Este año habrá otra recogida en noviembre, pero tal y como están las cosas con la inflación y los precios no creo que mejore mucho la situación que vivimos ahora».

El Banco de Alimentos de León atendió hasta junio a 490 familias, 23 menos que en el mismo periodo del año pasado. «Es una cifra muy similar, apenas ha bajado el número de familias que atendemos con menos recursos». Entre las nuevas necesidades a las que dan respuesta están las de 35 familias de ucranianos que viven en los pueblos. «Vinieron a través de los ayuntamientos, pero se alimentan con los productos que se les distribuye desde el Banco de Alimentos», destaca Juani Pérez. «Atendemos a menos familias con situaciones crónicas, pero más necesidades puntuales. El perfil ha cambiado mucho desde la pandemia».

En toda España, los bancos de alimentos han repartido en lo que va de año un 15 % menos de comida respecto al mismo periodo del 2021 debido a un descenso en las donaciones y excedentes que reciben de particulares, empresas, organismos e instituciones por culpa de la inflación. Así lo informó ayer a Efe el nuevo director de la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), Francisco Greciano, que actualizaba los últimos datos de esta agrupación, del pasado mayo, que señalaban entonces una caída en los repartos del 10 %.

Esta situación se produce, además, en un contexto en el que también a causa del alza en los precios y de las consecuencias de la guerra en Ucrania se prevé un repunte del 20 % en el número de personas que acudirá este año a los bancos de alimentos en busca de ayuda.

La Fesbal alerta de un escenario de «emergencia social» que está «cronificando la pobreza alimentaria» en España, situación en la que ya se encuentran 1,5 millones de personas, según sus datos. «Hacemos un llamamiento a empresas y particulares a seguir colaborando con los bancos de alimentos para que estos puedan repartir más comida entre sus entidades y beneficiarios», ha expresado Greciano. El reclamo se centra sobre todo en los alimentos de la cesta básica: la leche, las legumbres precocinadas y secas, el aceite, las conservas de carne y pescado y los alimentos infantiles.

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