León afronta el covid persistente con un equipo interdisciplinar

Un 10% de las personas contagiadas por covid —unas 10.000 en la provincia de León — sufren covid persistente. La mayoría ni siquiera lo saben. Conviven a diario con síntomas como fatiga crónica, dolores musculares, insomnio, astenia, lesiones cutáneas, caída del pelo... Más de doscientos síntomas distintos definen este síndrome, según la Organización Mundial de la Salud.

El Sars-Cov-2 ha dejado secuelas visibles como la fibrosis pulmonar, infartos y embolias pulmonar. Son los casos graves. Pero entre las personas que sufrieron «el covid, a priori, más leve» se da con más frecuencia este abanico de síntomas que en muchos casos no encuentran un reflejo en pruebas, explica el coordinador de covid en el Caule e internista José Guerra.

La mayoría de los pacientes con covid persistente son atendidos en las consultas de Primaria, pero algunas precisan derivación hospitalaria a los diferentes especialistas según la sintomatología, desde Neumología a Neurología, Reumatología y otros. Para afrontar esta nueva demanda sanitaria, Sacyl ha puesto en marcha en León un equipo interdisciplinar integrado por especialistas de Neumología, Medicina Interna y Psiquiatría del Caule en coordinación con Atención Primaria a través de la médica Charo Viloria. Es una estrategia pionera que va por delante de iniciativas como el Primer documento de consenso para el abordaje de pacientes con síntomas leves de covid persistente que hicieron público ayer «Tratamos de averiguar si hay algo orgánico (fibrosis pulmonar, alteraciones en la coagulación...), pero hemos aprendido que una parte de estos síntomas tiene más impacto psicológico. No es que sea una enfermedad psiquiátrica pero hay que asegurarse al cien por cien de que hay una enfermedad orgánica y si no se encuentra nada remitimos al pacientes a la consulta de Psiquiatría», explica Guerra.

La consulta de Psiquiatría empezó en junio de 2020 a tratar las secuelas psicológicas del covid. Duelos complicados por no poder despedirse ni acompañar a los seres queridos, muertes inesperadas y una situación económica compleja llevaron a poner en marcha una consulta para la intervención temprana. «A lo largo del tiempo pasamos de dar cobertura a los duelos y el estrés postraumático a ver que cada vez son mayores los síntomas somáticos», explican la psicóloga clínica Esther Turrado y el psiquiatra Sergi Núñez.

Sacyl ha querido ofrecer una atención integral a los pacientes que presentan sintomatología de covid persistente que no deje a estos pacientes sumidos en una incertidumbre añadida a la que supone que sus síntomas no se reflejen en una prueba objetiva. «Los pacientes siguen con malestar, no sabemos si es psicológico o no, pero el malestar está ahí», precisan los especialistas.

El equipo de covid persistente señala que «no centramos la atención en el síntoma, sino en el individuo». La situación de incertidumbre y el sentimiento de abandono que han vivido muchos pacientes que han sufrido el covid, aunque no padecieran síntomas graves ni precisaran ser hospitalizados ha podido influir en la somatización.

«A todo el mundo nos ha cambiado la vida con el covid. Pero las personas que han estado confinadas con síntomas más o menos leves han hecho balance de su vida y la sensación de causa externa era algo que les apelaba a nivel interno», explica la psicóloga clínica Esther Turrado.

Las personas que sufren covid persistente sin que lo que padecen se vea en un análisis o una radiografía se enfrentan a una frustración: «No se encuentran bien pero aparentemente no tienen nada. Y sienten que no han vuelto a ser la misma persona», indica Turrado.

La enfermedad psicosomática no es algo nuevo, recuerda el psiquiatra Sergi Núñez. «El malestar, la ansiedad, las preocupaciones se expresan a nivel orgánico. De eso ya tenemos evidencia». En el caso del síndrome del covid persistente que ha traído como consecuencia la pandemia «vemos que hay una amalgama de síntomas y un malestar que hay que tratar para ver si mejora la sintomatología clínica y esa la estrategia que estamos llevando a cabo. El malestar está ahí y hay que tratarlo», añade.

Descartar gravedad

Los especialistas se enfrentan a una enfermedad nueva y desconocida que «estamos aprendiendo en directo y que nosotros mismos vemos que ha cambiado la misma en marzo de 2020 que en enero de 2022, ni es el mismo virus ni es la misma población», subraya el internista.

Ante esta nuevo síndrome es importante «hacer una buena historia, dirigir las pruebas complementarias más rentables y eficaces» para descartar que el paciente sufra un problema grave. «Quitar la carga de incertidumbre y tranquilizarles, explicando que no encontramos ninguna secuela orgánica o efecto secundario a largo plazo mantenido, con el tiempo mejoran», añade. Hay personas que son «más vigilantes» ante los síntomas que padecen y precisan de otro tipo de apoyo, que es el que prestan en salud mental.

Lo que no dicen a ningún paciente es que no hay nada. «A lo mejor dentro de tres años descubrimos que hay una proteína que no vemos o una inflamación. Pero a día de hoy, hasta donde llega nuestra ciencia, no estamos encontrando nada», explica Guerra.

En los próximos años se sabrá más sobre este síndrome que acecha tras el covid. Actualmente se estudian series de casos de una percepción muy individualizada de cómo han vivido la enfermedad y de las secuelas que les haya podido dejar más allá de lo exclusivamente infeccioso.