León, ¡echa una mano a la salud mental!

Decenas de personas han recorrido este martes el tramo de Botines a la Catedral para visibilizar la importancia de la salud mental. Un paseo que ha culminado con una acción artística en la que se reivindicó su presencia en la ciudad bajo el lema 'Echa una mano a la salud mental'.

El Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre, enarboló este año el lema 'Salud mental, salud mundial. Un derecho universal'. En León puso sobre las baldosas de la plaza de Regla un lienzo en blanco sobre el que pintaron con las manos los recorridos que día a día hacen las personas con enfermedad mental grave que acuden a los diferentes dispositivos.

"Es una obra colaborativa con la que queremos pedir recursos comunitarios más amables y accesibles", señaló Beatriz Fernández, en nombre de CreAcción Mental.

Este colectivo, que agrupa a todas las entidades y recursos de atención a la salud mental, reivindica más dispositivos especializados. "Faltan psiquiatras, faltan psicólogos y faltan recursos para una atención de calidad".

La ganadora del cartel que ilustra el Día Mundial de la Salud Mental en León, Leticia Luengo, pidió un reconocimiento para todas las entidades que trabajan por la salud mental en León. "En el cartel he querido que todo el mundo se vea reflejado" para enfatizar que cualquier persona puede ver quebrada su salud mental a lo largo de la vida, explicó. "Nadie tiene la culpa de la discapacidad.Yo ahora tengo una enfermedad neurológica, pero hace cuatro años hacía una vida normal y conducía y no trabajaba en Soltera", explicó .

Ahora tiene un proyecto de vida diferente. "He renunciado a tener hijos". Leticia Luengo también agradeció y puso de relieve la importancia de este apoyo para las personas que precisan ayuda para cuidarse.

Alberto Diez, pintor y usuario de la residencia Doña Cinia de La Virgen del Camino, fue el encargado de leer el manifiesto que han elaborado diferentes personas de Creacción Mental. Desde el balcón de la Fundación Sierra Pambley proclamó:  "¡Somos ciudad, somos cultura, somos patrimonio, somos todo eso y más!", "¡Joder! Somos personas!".

Al lado del laberinto de la Catedral, obra de Juan Carlos Uriarte, quedó de forma provisional el laberinto de colores que plasma, como si fueran líneas de metro, los recorridos que a diario hacen por la ciudad estas personas que tienen graves problemas de salud mental. Con esta acción artística, en la que pusieron sus manos con pintura de colores, reclaman su condición de ciudadanos y ciudadanas que sienten, observan y son protagonistas cotidianas del fluir de la vida urbana.

Personas cuyos rostros, pintados a lápiz en blanco y negro, reflejan la presencia a veces invisible de una  existencia que reclama que "el corazón tenga la razón", como dejaron escrito en letras rojas.