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Gente de León

La minería hace las américas

El ingeniero gallego-leonés Samuel Teijido no dudó en cruzar el charco para ejercer en Latinoamérica Su padre trabajó en el cielo abierto de Santa Lucía de Gordón

Samuel Teijido Fraga desarrolla su actividad en explotaciones mineras latinoamericanas.

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Miriam Badiola | León
León

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Natural de Iglesiafeita, A Coruña, la vida de Samuel Teijido Fraga, de 26 años, está íntimamente ligada a la minería y a la provincia de León. Con doce años, su padre fue destinado a la explotación minera de cielo abierto de Santa Lucía de Gordón, por lo que la familia al completo se mudó a La Robla. Allí, en cuenca minera, donde asegura con nostalgia que «se respiraba mina», Samuel aprendió a amar el oficio que desempeñaba su padre y con el que se ligaría posteriormente para siempre. «Siempre estuve muy ligado al trabajo de mi padre, al movimiento de tierras y minas y él hablaba mucho de su entorno de trabajo, me llevó muchas veces a ver las obras dónde estaba y a mí me llamaba la atención», recuerda.

Además, durante el tiempo que vivió en La Robla, jugaba a fútbol en el equipo de la Hullera Vasco Leonesa, donde «muchos de mis compañeros de una manera u otra estaban relacionados con la mina», por lo que su constante vinculación con el oficio es lo que considera «el último empujoncito» que le llevó a mudarse a León cuando terminó el instituto para estudiar Ingeniería de Minas, convencido de que «hay que estudiar lo que te apasiona y al final siempre encontrarás tu camino», a pesar de la aparente extinción que sufre en la provincia.

El ingeniero discrepa de que sea el fin de la minería ni de la carrera de Minas. «El juego ha cambiado. La primera condición es tu disponibilidad para irte a donde sea, porque la minería jamás estará en extinción, todo lo que tocas o ves estoy seguro que algún componente viene de una mina. Que la minería del carbón en España haya decaído no tiene nada que ver con que cada día haya yacimientos nuevos de wolframio, litio o cobre, en el caso de España, y si miras a nivel más global las opciones son infinitas», explica.

Empezó en Colombia en una mina de carbón y ahora está en Perú en una explotación de cobre

Una vez finalizados sus estudios, Samuel se paró a pensar y llegó a la conclusión de que tan solo quería desarrollar su profesión y «no estar encerrado en una oficina y condenado a una monotonía que sabía que no iban conmigo», aunque todavía no sabía que el destino le tenía preparada una oportunidad. No dudó «ni un solo segundo» en cogerla.

Con la «costumbre familiar» de estar fuera de casa y la ilusión de los suyos, que sabían que iba a dedicarme a lo que realmente siempre quiso, Samuel cogió su maleta y viajó a Colombia para trabajar en una mina de carbón. Empezó a trabajar como ingeniero de producción, «como todos los que salimos de la Universidad» y se dio cuenta de que «la teoría es una cosa y la práctica otra», aunque logró superar las dificultades «gracias a unos compañeros y jefes duros, muy duros, que se han convertido en familia» y que está convencido de que le han terminado de moldear hasta ser la persona en la que se ha convertido hoy en día. Unos compañeros a los que un tiempo después tuvo que dejar atrás para mudarse de país, concretamente a Perú, donde el gallego ‘leonesizado’ trabaja actualmente en una mina de cobre cerca de Cusco como responsable de la obra, donde «ya ni la teoría ni la práctica anterior sirve», al ser «todo nuevo» y «toca a enfrentarse a problemas del día a día que ninguna escuela del mundo puede enseñarte».

La diferencia «más significativa» del sector respecto a España es «la imagen que tiene el pueblo de la minería», porque, comenta Teijido, «mientras en estos países lo ven como una fuente de recursos y algo beneficioso, siempre dentro de unas normas de respeto con el medio ambiente y las comunidades, en España es todo malo, contaminante y la gente reza para que no se encuentre nada aprovechable en su región».

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