«Negarme hablar con mis hijos en su semana es violencia vicaria»
G. N. M. acaba de recurrir la sentencia del Juzgado de Familia que otorga la custodia compartida. Con dos hijos de 6 y 9 años, decidió separarse hace dos porque «nuestra relación estaba rota». «Ël no quería la custodia, pero vino su madre y dijo que de ninguna manera iba a permitir que me mantuviera. Yo tenía trabajo y nunca me ha mantenido», asegura. Inicialmente los niños estuvieron con guarda materna y visitas de fin de semana. En 2022 el padre pidió modificación de medidas y se acordó la custodia compartida. La mujer asegura que los menores pasaban los fines de semana con la abuela y luego una novia. «Cuando se deja con su novia vuleve a recurrir a mí para que cuide a los niños, pero al salir el juicio dice que ya habrá quien los cuide y se me prohíbe en su semana». «Cuando se enfada conmigo me castiga sin verlos y sin hablar con ellos esa semana. Esto es violencia vicaria», denuncia. Mientras que le ha llegado a ofrecer pagarle 200 euros por cuidarles en su semana cuando se quedó sin pareja. G. N. M. denuncia que « porque vivimos en una urbanización, en casa de mi madre, presumen que soy rica» y el la desorientación de los niños al volver a casa» por el diferente modelo educativo. En el recurso a la Audiencia Provincial argumenta que la custodia compartida no solamente debe equivaler «a un simple reparto igualitario de tiempos de estancias, sino al real y posible cumplimiento de las obligaciones con los menores y que, además, ha de darse el ejercicio responsable de la parentalidad y el ejercicio real y efectivo de las funciones de guarda». Apela a una decisión realmente basada en el «interés superior de los menores».