Diario de León
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León

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El pasado 4 de agosto de 2022 falleció el Dr. Santiago Grisolía. Con él tuvimos la oportunidad y la gran suerte de trabajar en su laboratorio en Kansas City (EEUU) en 1975, mi marido el Dr. Angel Reglero y yo. Fue el Dr. Jose A. Cabezas con quien trabajábamos entonces en la Universidad de Salamanca, quien nos aconsejó hacer «una estancia en el extranjero». Nos presentó al Dr. Grisolía aprovechando uno de los viajes que realizaba a España, hablamos con él y nos aceptó para que pudiéramos trabajar en su laboratorio. Teníamos 27 y 23 años y acabábamos de casarnos en junio de 1975.

Mi marido solicitó una beca al Ministerio de Educación y Ciencia para la formación de personal investigador, le fue concedida y en octubre de 1975 viajamos a Kansas City. Mi marido acababa de terminar la tesis doctoral y allí continuó bajo la dirección del profesor Grisolía realizando sus trabajos de investigación. Yo me incorporé al mismo departamento como secretaria del Dr. Grisolía, gracias a mis conocimientos de inglés que había adquirido en los años anteriores.

La valía científica del Dr. Grisolía lo dicen sus trabajos, publicaciones y los científicos que son los que realmente entienden de ello.

Lo que sí puedo yo describir es que el tiempo que pasamos en Kansas fue la mejor experiencia que podíamos tener. Éramos muy jóvenes y teníamos una oportunidad que no podíamos desaprovechar. Nos recibió con los brazos abiertos y siempre recordaré el cariño y la hospitalidad con los becarios españoles que llegaban a su laboratorio. Las cenas en su casa en fechas tan señaladas como Thanksgiving, Nochebuena, July 4th, Independence Day y tantos otros más, con una diferencia de edad y estatus muy relevante y más en aquellos tiempos, es algo que solamente está en personas de su categoría. El cariño de su mujer con todos nosotros, nos hizo sentir como en casa. Gracias Frances y gracias D. Santiago.

Siempre recuerdo la hospitalidad con los becarios españoles que llegaban a su laboratorio

Durante muchos años tuvimos la ocasión con él de mostrarle nuestro agradecimiento y acudimos cada vez que contactó con mi marido para acudir como jurado a los premios Jaime I en Valencia, que el instauró, en varias ocasiones.

En 1982 nos trasladamos a vivir a Leon y a trabajar en el departamento de Bioquímica y Biología molecular. Durante varios años, siendo director del departamento el Dr. Reglero, varios jóvenes profesores de bioquímica se desplazaron a Valencia a realizar trabajos de investigación en el laboratorio de bioquímica del Instituto de investigaciones Citológicas de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia que el Dr. Grisolía dirigió a su regreso a España.

La última vez que me hizo llegar su sentimiento y cariño hacia nosotros fue hace ahora casi dos años cuando me llamó para darme el pésame por la muerte de mi marido, su discípulo.

Ahora nos ha dejado, pero les puedo asegurar que el recuerdo y cariño quedará para siempre en mi familia y conmigo. Descanse en paz.

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