Diario de León
Publicado por
Carlos-Vicente Simó Mateos, ingeniero
León

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He leído, no sin cierta estupefacción, un artículo de mi viejo profesor de Agrícolas y ferviente enamorado de la raza ovina, a la que menciona en su artículo ¿Cuánto durará el engaño? publicado en la sección Tribuna de este Diario de León de fecha 26 de octubre de 2021, que me ha dejado no estupefacto, sino anonadado de la cantidad de falsas verdades, verdades a medias y de la falta de rigor con que trata datos estadísticos y otras apreciaciones, que le acercan más a que falta a la verdad, no la conoce o como el mismo dice, nos quiere engañar, cuando no manipular, con respecto al covid-19 y a sus vacunas.

Lo primero y más importante que debe de saber mi querido profesor, es que los datos estadísticos, no se pueden tratar como él los trata, aislando cada dato de la totalidad, lo que les convierte en erróneos y manipulables, ¿por qué no cita a la población mayor de setenta y cinco años, los cuales gracias a las vacunas, primero: dejaron de contagiarse y segundo dejaron de tener covid, que unido a otras enfermedades crónicas que todos padecemos a esas edades hubieran elevado más aún si cabe, la tasa de mortalidad de esa franja de edad, por infección de covid-19.

No es cierto y aquí sí que falta a la verdad, que las personas hospitalizadas y fallecidas, son las que habían recibido las dos dosis de las vacunas, craso error José Antonio, la mayoría de las hospitalizaciones y fallecimientos en todas las franjas de edad, se dieron casi en su totalidad antes tan siquiera de tener una vacuna homologada por las agencias de medicamentos, tanto en Europa como en España, para combatir el covid-19, tanto en España como en el mundo.

Segundo e importante también, error otra vez o manipulación si cabe, no se pueden comparar datos de mortalidad en España y África, puesto que España es un país y África un continente, además los datos estadísticos de mortalidad por covid-19 en África y todo el mundo los conoce son prácticamente inexistentes, puesto que en estos países, el que fallece se le entierra o incinera sin saber porque ha fallecido, pues no son exactamente un modelo de gestión, comparable a España o Europa, y además no se pueden comparar valores absolutos de fallecidos por diferentes causas en África, con los relativos a hospitalizados y fallecidos por la pandemia de covid-19 en España o Europa.

Tercero y no por ello menos interesante, dado que mi querido José Antonio lo menciona, las dosis de vacuna, aun no habiendo padecido la enfermedad, eleva la creación de anticuerpos en las personas vacunadas, que en España se detecta por el Test de Anticuerpos Elisa, que realiza las Seguridad Social con un simple análisis de sangre y de la que si existen estadísticas con la simple petición de un médico, cosa impensable en África, de la que con el debido respeto a sus habitantes y son miles de millones, ni tan siquiera se lo plantean, bien por falta de medios económicos u otras causas más profundas, de ahí la esperanza de vida en España, cercana a 82 años y en África raspando los 52.

Entérate mi querido profesor, o es que haber padecido el covid en enero/20, te ha dejado como secuela la pérdida de memoria, en este caso selectiva para comparar datos y hacerte en este caso, aunque no lo reconozcas negacionista de las vacunas contra el covid-19, que criticas como engaño en tu artículo.

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