Diario de León
Publicado por
Máximo Cayón, cronista oficial de la ciudad de León
León

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Hoy es quinto viernes de cuaresma. Hoy es Viernes de Dolores. Sin embargo, la Antigua del Camino seguirá en su camarín de la iglesia parroquial, alcázar mariano de la mitad del siglo XII, que se alza, en pleno Camino Francés, en la otrora calle de la Frenería. Hoy, por tanto, no recorrerá, como lo hace cada año, las calles y plazas leonesas. Como se sabe, la expansión en España del Covid-19 ha provocado la suspensión, entre otros actos, de los desfiles penitenciales que conmemoran el Dogma de la Redención. Y por lo tanto, naturalmente, éste que nos incumbe. Sin embargo, no por ello será pasto de la indiferencia y el olvido tan señalada festividad litúrgica. Y mucho menos el recuerdo sentido, devoto y emocionado para la ‘Morenica del Mercado’.

La Antigua del Camino, que es virgen de rogativas, ha llevado siempre al pueblo leonés una luz de esperanza en momentos de aflicción y sufrimiento, como son los actuales. Protagonista de registros concretos en los archivos eclesiásticos y en las actas municipales de esta antigua Urbe Regia, fiel trasunto del Stabat Mater que compuso el franciscano Jacopone da Todi, en definitiva, versículo secular de la piedad legionense, Santa María del Mercado, es decir, la Antigua del Camino, señalada así desde el siglo XVI para distinguirla de la Patrona de la Región leonesa, que apareció el 2 de julio de 1505, en la cercana localidad de la Virgen del Camino, situada una legua al occidente de la ciudad de León, es una talla de autor anónimo de las postrimerías del siglo XV, sedente, de estilo gótico, realizada en madera de peral, que, en estos momentos de incertidumbre y desolación que estamos viviendo, trae a la memoria estos versos de D. Miguel de Unamuno: «Por esto el pobre que sufre/ busca a la Virgen bendita,/ la Virgen de los Dolores,/ la que el dolor purifica».

Devoción heredada de nuestros mayores, este icono mariano representa la sexta angustia. Y es paradigma o, si se prefiere, representación plástica de una de aquellas mercedes que Santa Teresa de Jesús recibió de Dios, en una de sus visiones místicas acontecida en Sevilla en 1575. Así lo cuenta la Santa: «Estando en maitines, el mismo Señor, por visión intelectual, tan grande que casi parecía imaginaria, se me puso en los brazos a manera como se pinta la ‘Quinta Angustia’. Hízome temor harto esta visión, porque era muy patente y tan junta a mí, que me hizo pensar si era ilusión». [ Relaciones Espirituales , Burgos, 1915, LVIII, pg. 81]. Ciertamente, la visión que tuvo la Santa Andariega no se refiere a la quinta sino a la sexta angustia, como hemos dicho.

«En León llaman el ‘cuarto monumento’ a la iglesia de Santa María del Camino, hoy parroquia de Santa María del Mercado […] una pieza que prestigia la ruta de Santiago. En el plano de Risco, levantado a finales del siglo XVIII, se observa la iglesia de Santa María, totalmente aislada, con frentes a la Rúa y a la plaza del Mercado». Esta versión de Álvaro Ruibal, [León , 1982, pgs. 86 y 87], viajero contemporáneo y fino observador, que firmaba sus artículos en la La Vanguardia, de Barcelona, con el seudónimo de ‘Ero’, avala la singularidad de este templo, declarado BIC el 28 de septiembre de 1973.

Plenamente incardinado en la vida de la ciudad de León, entre sus venerables muros, el 24 de marzo de 1738, siendo obispo de León D. José de Lupiar y Roger, se fundó la Congregación de Esclavos de los Dolores de María, establecida con el fin de recordar y venerar los «Dolores de la Santísima Virgen». Cada quinto viernes de cuaresma, en la procesión de la Dolorosa del Mercado, aún se portan las antiguas varas de plata de esta Cofradía de la Esclavitud, como era conocida popularmente, en cuya insignia destaca la sagrada imagen. Sus cofrades se regían por la regla agustiniana de la Orden de los Servitas, fundada en Florencia el 15 de agosto de 1233.

Cada Viernes de Dolores, con galas de fervor y rangos de sensibilidad, la procesión de la ‘Morenica del Mercado’, exponente de la piedad popular, es producto de la vivencia misteriosa de la fe. Preludio de los diez días en que se conmemora el Misterio Pascual del Verbo, en esta antigua capital del Viejo Reino, que hoy es Cuna del Parlamentarismo, es una estampa devocional que se mide por siglos, censada en el prontuario de las más emotivas tradiciones leonesas.

Nostalgia de lo vivido sería un título apropiado para encabezar estos renglones. Hoy, Viernes de Dolores, Santa María del Mercado seguirá en su camarín de la iglesia parroquial, sita en pleno Camino Francés. Lo imponen las adversas circunstancias que nos cercan. Por eso, aquí y ahora, sólo cabe recordar los cuatro versos postreros de El Ama, poema de Gabriel y Galán, impregnados todos ellos de una sincera resignación cristiana: «Pero yo ya sé hablar como mi madre, y digo como ella / cuando la vida se le puso triste:/ «¡Dios lo ha querido así! ¡Bendito sea!».

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