Diario de León

Entre la lenta agonía sentimental y la leonesidad

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Ni agorero cazurro, ni pesimista incontrolable, es mi posicionamiento ante lo leonés. Pero sí es cierto que los años me han cargado el macuto de las observaciones, de modo especial las surgidas en mi entorno y algo más allá. Así tras un forzado trágala, a ver qué pasa, me he ido saturando de incertidumbres primero, y luego los mazazos de «nuestros» políticos colaboracionistas, que nos aporreaban, y siguen haciéndolo a sueldo del ente, tanto en lo sentimental como en lo económico (bienestar cada día más lastrado), me han llevado, en pura lógica, a la más dolorida desconfianza.

Lo de la lenta agonía me costó escuchar algunas palabras de reconvención de amigos y leonesistas de corazón y fuerte afianzamiento, cargadas de sinceridad y buenas intenciones, cuando iba a presentar mi primer libro: La lenta agonía de la identidad leonesa , allá por el año 2008. Me decían que conllevaba demasiado tremendismo o alto grado de determinismo que no se compaginaba con la realidad, al menos la identidad cultural leonesa, que no la veían vencida por aquel entonces, dado el movimiento asociativo cultural, en aparente auge, sin tener en cuenta su origen defensivo.

Yo la sentía en lo más vivo muy amenazada, circundada por el maleficio autonómico y su pretensión impositiva castellanista asfixiante. Era evidente que buscaba un efecto revulsivo, corregir y redirigir. Y flotando sigue, en el peligroso «monzón» autonómico.

Los grupos asociativos que han surgido me inquietan por temor a que sean más de lo mismo

Cuando ahora cite a Antonio Barreñada, sepan los lectores que en esta ocasión lo hago para recordar que suyo fue un hermoso prólogo del citado libro, cargado de su buen decir, del que me permito dejar señalado aquí un esclarecedor párrafo: «Ante esta situación cansada, agotada, casi agónica, dice Máximo y con él se comparte opinión, aunque sea así a la nuestra manera, tan por tribus…», está claro cómo nos sitúa a los leoneses, en grupos y, además, cargados de personalismo, pues sigue: «volver a la luz tras la sombra… la actividad cultural, el activismo social de tantos individuos, tantas voces…

Mi lucha, mi personal esfuerzo, tras el paso por UPL se centró en La Asociación pro Identidad Leonesa. Cumplida esta etapa, mi participación ha sido el voto leonesista con cierta carga pedagógica, y por supuesto verter todo cuanto me ha sido posible en los medios en forma de artículos de opinión sobre lo leonés. Y en ello sigo.

Me pareció interesante mostrar estos apuntes personales para entrar en la materia leonesa, leonesista o de leonesidad que defensivamente va surgiendo, de modo especial en la faceta sociocultural sostenedora de lo leonés. Entendiendo esto como lo que a los leoneses nos atañe en nuestro nacer leoneses, participar del sentimiento indeleble de serlo, ayudar a defender tal derecho, identitario y socioeconómico, de modo especial en estos momentos autonómicos de asfixia, por dejación política que no acertamos a corregir.

De modo especial me vengo empleando últimamente más a fondo en la cuestión depauperada económica a la que nos empuja el ente, por entender que, a los leoneses, al pueblo leonés, al fallar la comprensión mutua identitaria, el soporte anímico y sostén cultural, ante tal adversidad, (propiciada por el doloso soplo negacionista autonómico de lo leonés triprovincial), no nos queda otra que empezar el hermanamiento desde la conveniencia del «primun vívere…», del País Leones o las tres provincias, si se prefiere.

Los grupos asociativos que han surgido, tal como Conceyu País Llionés…, de índole leonesista; y más reciente, León Primero, de sustrato socialista, que dice estar unidos por la leonesidad, me inquietan por temor a que sean más de lo mismo, que no digo que no sean necesarios. Si bien, estos últimos, me sorprende que citen la leonesidad, como congruente, por cuanto, no se compagina con aquello de «primero leonesistas y luego socialistas». ¿Acaso huyen del leonesismo ahora?

Siempre he dicho que mi parecer va por el camino de situar al leonesismo como un sentimiento, naciendo del «ser leonés», y como tal no incompatible con la leonesidad, una cualidad que horna y adorna a la personalidad leonesa, algo que muy bien ha explicado Isidoro Álvarez Sacristán de la Real Academia de Jurisprudencia, en diversos artículos de opinión, recogido en libros y en las hemerotecas.

A mí personalmente me valen cualquiera de los dos conceptos, Leonesismo/Leonesidad, de hecho los uso y pregono, pero claro con la ideología topamos en cuanto a asunción global. Presumo que en Conceyu con el leonesismo como unión cabemos todos, no así en León Primero y la leonesidad, donde la ideología, de izquierdas en este caso, puede restringir o condicionar el acercamiento popular.

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