Diario de León

TRIBUNA

Ondas electromagnéticas y efectos sobre la salud de las personas

Publicado por
Vicente García álvarez ALCOE. Asociación Leonesa contra las Ondas Electromagnéticas
León

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H ace unos días se celebró en la Universidad de León, en la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales, una conferencia impartida por el Dr. Ceferino Maestu, titulada ¿Son seguros los campos electromagnéticos que usamos habitualmente?

Las más de cien personas que estuvimos salimos con el convencimiento de que no. Por el contrario, nos hizo deducir que posiblemente nos enferman.

Otra cosa distinta es que un médico, al diagnosticar una patología relacionada, se atreva a decir que en las ondas se encuentra la etiología, o causa del trastorno.

¿Ustedes se acuerdan de los primeros doctores que alertaron sobre los posibles problemas asociados al tabaco y al amianto? ¿Y el cambio climático? ¿Otro cuento de los de siempre? ¡Al psicólogo, al psiquiatra, están todos locos!, se decía alegremente.

Existen comunicados de aquella época donde los médicos afirmaban que fumar era bueno para la salud; puede consultarse en las hemerotecas.

¿Alguien nos podría explicar por qué en Suecia la electrosensibilidad está reconocida como enfermedad, habiendo unos 300.000 diagnosticados? ¿Por qué allí sí y aquí no? ¿Tenemos distintos genes?

Por suerte, parece que algo se empieza a mover. El 6 de julio de 2016, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictó sentencia, numero 588/2016, en la que se concedía incapacidad permanente a un ingeniero por sufrir ‘Síndrome de Electrosensibilidad’.

En el apartado 5 de la sentencia dice lo siguiente: «A la vista del mismo queda razonablemente acreditada la incapacidad permanente total del demandante para su profesión habitual de Ingeniero de Telecomunicaciones a causa del síndrome de sensibilidad química que padece, o hipersensibilidad electromagnética que el Ministerio de Sanidad español lo ha calificado en su versión de la clasificación internacional de enfermedades CIE-9-MC dentro del grupo de alergias no especificas (código 995,3). Alergia que provoca en quien la padece pérdida de tolerancia inducida por, a modo de focos más recurrentes, la contaminación radioeléctrica, teléfonos inalámbricos, antenas de telefonía móvil, wifi, que obliga a quien la padece a reducir al máximo su exposición en los entornos doméstico y laboral y evitar lugares con contaminación electromagnética».

A continuación, el 22 de julio de 2016, se dictó el Real Decreto 299/2016 sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a los campos electromagnéticos. Algo es algo.

Hablando de diferencias, comentaremos otros aspectos que nos hacen ser distintos a Europa. La OMS recomienda que las antenas de telefonía emitan a 0,1 microvatios por centímetro cuadrado; en España se permite emitir a 450, es decir, 4.500 veces más de potencia.

En China, Rusia, Italia, Polonia, etc., se emite a 10, Suiza a 4. Los móviles funcionan perfectamente a 0,01. ¿Por qué esta desorbitada potencia en España?, se preguntarán.

Pues por algo muy sencillo y habitual en España; las compañías de telecomunicaciones, en 1999, presentaron el proyecto al gobierno de turno y éste, sin más, firmó. Decían que a esta potencia no se producía calentamiento (de zonas corporales expuestas); ¿a quién no se le ha calentado la oreja con el móvil?

Para terminar, una pregunta inocente: ¿Ustedes conocen a alguien que tenga buena memoria y que duerma bien?

Si su memoria se lo permite, ¿no es cierto que esto es relativamente reciente, desde hace pocos lustros, y que va en aumento de una forma inusual? ¿Creen que esto es normal, y que ocurre sin causa alguna? No hay efecto sin causa; pues apliquemos esta máxima también para el caso que nos ocupa.

Hay cientos de estudios de científicos de todo el mundo que evidencian que la causa de estos problemas son las ondas electromagnéticas.

El conferenciante lo dejó bien claro. ¿Y por qué no se arregla esta situación, simplemente, entre otras medidas, disminuyendo drásticamente la potencia de emisión?

Esto no perjudicaría a nadie, y sin embargo nos beneficiaría a todos. La explicación es que no hay voluntad política. Esto ha de cambiar tarde o temprano, y nosotros, los electrosensibles de toda España, vamos hacer lo posible y lo imposible porque se nos escuche y esta situación se solucione; no solo por nosotros, ya que todos los ciudadanos están siendo afectados por las ondas, se den cuenta o no.

Lo que han de entender los políticos es que, con esa actitud de pasividad, están condenando a la población, sobre todo niños y ancianos, y personas especialmente sensibles, a problemas serios de salud, como numerosos informes médicos ya lo atestiguan.

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