Diario de León

El Papa Francisco pide perdón a los indígenas de Canadá

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Durante los últimos días de julio, del 26 al 30, el Papa Francisco realizó una peregrinación de sanación a Canadá. En su primer discurso, el Papa pidió perdón a los pueblos indígenas por los pecados cometidos por los cristianos contra los niños indígenas en las «escuelas residenciales indígenas» administradas por varias iglesias.  El sistema de  escuelas residenciales para Indígenas de Canadá era una red de  internados  de asistencia obligatoria para niños  indígenas, fundada en el siglo XIX por el departamento de Asuntos Indios del Gobierno de Canadá y administrada por  varias iglesias cristinas. El sistema se creó para apartar a los niños indígenas de su propia cultura e integrarlos en la cultura occidental.   A partir de la década de 1990, el gobierno canadiense puso en marcha una serie de iniciativas para estudiar los efectos de las escuelas residenciales. En marzo de 1998, el gobierno hizo una Declaración de Reconciliación y estableció la Fundación de Curación Aborigen. En 1999 se cerró la última escuela residencial. El 11 de junio de 2008, el gobierno de Canadá emitió una disculpa formal frente a una audiencia de delegados aborígenes. Este mismo año se crea la Comisión de la Verdad y la Reconciliación con el fin de documentar las malas acciones del pasado. Varios informes realizados sobre estos centros concluyen que el sistema de internados fue equivalente a un  genocidio cultural. Se desconoce el número de muertes relacionadas con estas escuelas, pero las estimaciones oscilan entre 3200 y más de 30 000.

Ante las comunidades indígenas de Canadá, formadas por los Métis y los Inuit, el Papa Francisco en su reciente viaje a Canadá y desde la antigua Escuela Residencial Ermineskin, condenó que los niños indígenas fueran separados de sus padres por la fuerza, fueran castigados por hablar sus propios idiomas y obligados a integrarse en la cultura europea, y les dijo que «el primer paso de mi peregrinación penitencial entre vosotros es el de volver a pedir perdón, de deciros una vez más que lo siento profundamente».  Su intervención fue interrumpida varias veces por los aplausos del público, compuesto en su mayoría por ex alumnos de los internados y líderes indígenas. Una y otra vez pidió disculpas por la cooperación de los cristianos en la destrucción sistemática de los pueblos indígenas y de su cultura.  Expresó pesar «por las formas en que lamentablemente muchos cristianos apoyaron la mentalidad colonizadora de los poderes que oprimían a los pueblos indígenas. Lo siento. Pido perdón».  El Papa pidió «perdón en particular por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, sobre todo con su indiferencia, en los proyectos de destrucción cultural y de asimilación forzosa, promovidos por los gobiernos de la época.

Una vez más el Papa reconoció que «los efectos generales de las políticas vinculadas a los internados fueron catastróficos. Lo que nos dice nuestra fe cristiana es que esto fue un error desastroso, incompatible con el evangelio de Jesucristo». Y dijo que las desastrosas políticas ejecutadas en Canadá llevaron a la erosión de «los valores, la lengua y la cultura que componían la auténtica identidad de vuestros pueblos». «Frente a este deplorable mal, prosiguió el Papa, la iglesia se arrodilla ante Dios e implora su perdón por los pecados de sus hijos. Yo mismo deseo reafirmar esto con vergüenza y sin ambigüedades. Humildemente pido perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas». 

Antes de hablar en la Escuela Residencial Ermineskin, el Papa fue recibido como «Francisco White Eagle» (Francisco Águila Blanca) por el Jefe Wolf Walker Golden Eagle, que fue estudiante en dicha escuela.  También fue miembro de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá. El jefe Wolf dio la bienvenida al papa Francisco por recorrer «un largo camino para estar con nosotros en nuestra tierra y caminar con nosotros en el camino de la reconciliación». Y dijo que estaba «especialmente agradecido por la recepción que los sobrevivientes de la escuela y los líderes indígenas recibieron del Papa en Roma». «Usted escuchó profundamente y con gran compasión los testimonios que relataban cómo se suprimieron nuestras lenguas, se nos arrebató nuestra cultura y se denigro nuestra espiritualidad».   «Usted ha escuchado la devastación que siguió a la forma en que nuestras familias fueron separadas. Las palabras que nos dirigió en respuesta claramente vinieron de lo más profundo de su corazón y fueron para quienes las escuchamos una fuente de profundo consuelo y gran aliento».

En respuesta a estas palabras del jefe Wolf, el Papa les dijo: «Reconozco que mirando al pasado, ningún esfuerzo por pedir perdón y buscar reparar el daño causado será nunca suficiente. Y que mirando hacia el futuro, no se deben escatimar esfuerzos para crear una cultura capaz de prevenir tales situaciones. Una parte importante de este proceso será llevar a cabo una investigación seria sobre los hechos de lo que sucedió en el pasado y ayudar a los sobrevivientes de las «escuelas residenciales» a experimentar la curación de los traumas que sufrieron».  El papa Francisco concluyó su intervención rezando «para que los cristianos y la sociedad civil de esta tierra crezcan en la capacidad de aceptar la identidad y la experiencia de los pueblos indígenas».  También prometió «seguir alentando los esfuerzos de todos los católicos para apoyar a los pueblos indígenas».

La peregrinación penitencial del Papa Francisco a Canadá debería ser un ejemplo para todos los líderes de la iglesia que necesitan disculparse con las víctimas causadas por la propia Iglesia.  Un requisito previo para cualquier disculpa es escuchar y responder a las necesidades de los sobrevivientes.  Escuchar es una parte esencial del proceso de sanación y ninguna disculpa tendrá éxito sin una anterior escucha. La visita del Papa a Canadá mostró su respeto por la cultura indígena y su incorporación a la vida de la iglesia.  Este viaje penitencial del Papa ha sido muy valorado por los pueblos indígenas, que han aceptado sus disculpas.

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