San Marcos, «la obra inconclusa de León»
Pido disculpas a mis lectores, si soy reiterativa. Pero da vergüenza ajena, el comprobar como la joya más importante del Plateresco español y el Hostal más rentable e internacional de la Red Nacional de Paradores se está quedando con 45 habitaciones como si fuera una «casita rural» y con los servicios disminuidos e indignos de un edificio de esta categoría.
Por eso digo que perdonen por darles a ustedes la matraca con este tema, pero yo creo que ahora es el momento de invertir. Los fondos europeos que nos correspondieran por ley, en la realización de la segunda fase que estaba proyectada, y cuya financiación quedó en el limbo de los justos, por falta de presupuesto.
Yo creo que los responsables políticos y todos los leoneses de bien tendríamos que preocuparnos de exigir que se concluyera la obra de San Marcos.
Ya no quiero entrar en el destrozo que ha supuesto el derribo de la obra del arquitecto Barberà y si nos gusta o no la intervención de la señora Bringas.
Creo que los responsables políticos y todos los leoneses de bien tendríamos que preocuparnos de exigir que se concluyera la obra de San Marcos
No quiero discutir si son galgos o podencos», pero lo que sí creo que es pertinente en este momento, es que deberíamos de pedir todos los leoneses de cualquier color político es que nuestro Hostal de San Marcos tuviera la capacidad que siempre tuvo antes de su remodelación, de 250 habitaciones en vez de 45 como tiene ahora, y que se construyeran los salones correspondientes para eventos y congresos que nuestro hostal albergaba, y de cuyos rendimientos se beneficiaba toda la ciudad.
¿De qué nos vale un Palacio de Congresos tan amplio si luego no tenemos donde albergar a los congresistas?
¿Qué nos está pasando a los leoneses que en vez de progresar parece que estamos dando marcha atrás?
A todos los partidos políticos debería de darnos vergüenza no clamar por tener un hostal de San Marcos con la capacidad que estaba proyectada en su proyecto de rehabilitación, y que no nos vengan con con premios de consolacion para «Hostalitos de 50 habitaciones». Tenemos que recuperar la capacidad y servicios que tenía antes de la remodelación.
Es verdad que nuestro parador lo hizo un político al que le «cabía el Estado en la cabeza», según decía su contrincante Felipe González.
Parece ser que ahora no hay políticos que miran más allá de su interés personal e inmediato y no a largo plazo como los que necesita nuestro país.
Yo solo pido a quien corresponda que no nos dejen el Hostal diezmado en su capacidad y reducido a una «casita rural» con 40 habitaciones, y con instalaciones, como cocina y demás, que no pueden dar los servicios que son pertinentes en este momento y que requieren inversiones para poder dar una atención de calidad como le correspondería a su categoría de cinco estrellas.
Lo que pedimos los leoneses es que se ejecute la segunda parte ahora que se pueden incluir en los fondos europeos.
Pero para eso hay que trabajar, no hay que discutir solo en el Parlamento: hay que hincar los codos y buscar los medios y las soluciones.
A la oposición toca denunciarlo y al Gobierno le toca trabajar para conseguir esos fondos. Es una pena ver el tiempo que se pierde echándonos los trastos a la cabeza y no ejecutando las obras y los proyectos que pueden beneficiar a la ciudad.
Hay muchas obras inconclusas. En nuestro León por desgracia, pero yo creo que San Marcos se merece una atención especial por ser uno de los paradores más insignes, de la red y uno de los más rentables hasta el momento de su demolición.
¿Qué está pasando ahora? pues que no puede alcanzar la rentabilidad que antes tenía para la red, y por ende las sinergias económicas, que se derivaban para la ciudad de León no son las mismas, ni mucho menos.
Así que en vez de progresar, vamos marcha atrás, por no decir otra expresión más soez, que vendría al caso. Pero que mi «educación vedruna», y mis lectores no me permitirían. Tiene que haber un clamor unánime de toda la sociedad Leonesa para que nuestro San Marcos vuelva a ser el que fue. Y que toda nuestra economía se beneficie de ello. Si no, flaco favor le estamos haciendo a esta ciudad cuyos ingresos principales vienen del turismo y no podemos permitimos el lujo de disminuir los ingresos en este capítulo.