Diario de León

El tabaco provoca desigualdades frente al cáncer

Publicado por
Estanislao De Luis Calabuig, presidente de la Junta Provincial de León de la Asociación Española contra el Cáncer
León

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El día 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, introducido por la Organización Mundial de la Salud en 1987, con el objetivo de informar, prevenir y concienciar sobre los efectos nocivos, y con frecuencia letales, del consumo del tabaco y, de lo que puede ser aún más dramático, de la exposición pasiva al humo de esa sustancia.

En principio, algunas cifras ya describen por si solas el impacto que pueden producir en la salud de las personas: En España fallecen a causa del tabaco más de 50.000 personas; el tabaco es el causante de alrededor de la tercera parte de todos los casos de cáncer de hasta 20 tipos distintos; específicamente es el principal factor de riesgo para tener cáncer de Pulmón y culpable de más del 80%, al igual que de laringe, aproximadamente de la mitad de los de vejiga y orofaringe, y más de un tercio de los de esófago y boca, sin olvidar los que terminan en tumores de páncreas, hígado o estómago, además de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Podría concretarse que el consumo de tabaco es la primera causa de muerte prevenible y evitable en nuestro país, lo que resulta todavía mucho más lamentable y alarmante.

Por otra parte, la realidad actual que ha quedado recogida en el Plan Nacional sobre drogas presentado en 2021, presenta un escenario en el que un tercio de las personas consume tabaco diariamente y 4 de cada 10 fumadores no se plantea dejar de fumar. Pero es absolutamente inexcusable resaltar que, de los 8 millones largos de personas que fallecen en el mundo a causa del tabaco, 7 millones lo han hecho por consumo directo del tabaco, pero el resto jamás han encendido un cigarro.

La ley actual protege a la sociedad frente al humo del tabaco en espacios cerrados, y hay una clara evolución positiva en este indicador, pasando de solo un 48% de la población que no tenía una exposición diaria al humo del tabaco en 2009, hasta un 92% en el año 2020. Pero los objetivos a cumplir deberían ir mucho más lejos, ya que es insuficiente a la hora de preservar a la población en general y, en particular, a los menores frente al humo ambiental del tabaco en espacios abiertos. No se conoce un nivel seguro de exposición al humo ambiental de tabaco, pero si hay certeza de que el humo del tabaco puede producir cáncer en aquellos que fuman y también en aquellos que respiran el humo del tabaco de otros.

También es evidente la indefensión de los menores frente al humo del tabaco; cuando se manejan datos que indican que 9 de cada 10 fumadores lo hace delante de menores; que más del 70% de los menores de 12 años están expuestos al humo del tabaco; y que casi la mitad de ellos están en espacios públicos.

Igualmente se ha detectado que en todos los espacios públicos donde hay menores hay restos de humo de tabaco (95,1% de las terrazas, 78,2% de las entradas de los locales de hostelería, 46% de los accesos a los centros escolares y el 46% de los parques infantiles). Y como dato complementario, el hecho comprobado de que una colilla continúa desprendiendo un 14% de la nicotina que emite el cigarrillo encendido durante, al menos, 24 horas.

La escasez de espacios libres de la presencia del tabaco tiene consecuencias en los menores que no se pueden dejar de señalar. Se multiplica el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en la edad adulta, o se favorece considerar como pauta normal la adopción de conductas relacionadas con el consumo de tabaco, promoviendo en los jóvenes la tendencia a que comiencen a fumar de manera activa a una edad temprana. Actualmente la edad media de inicio en el consumo de tabaco es de 14,1 años, lo que eleva al tabaco al desastroso segundo puesto como sustancia tóxica más consumida entre los 14 y los 18 años de edad.

Desde la Asociación española contra el cáncer se insiste en que todas las personas deberían tener las mismas oportunidades para prevenir el cáncer, y no es así, porque no todos somos iguales frente al humo del tabaco.

Resulta fundamental ampliar el debate público sobre los espacios sin humo, puesto que se ha demostrado que la exposición al humo del tabaco ajeno lleva aparejado el consumo de más de 7.000 sustancias químicas, de las que más de 70 con cancerígenas y están relacionadas con diversos tipos de cáncer.

Se hace necesario, por lo tanto, desarrollar iniciativas para ampliar espacios sin humo en zonas abiertas, especialmente aquellas frecuentadas por la población más joven, como parques y zonas verdes, piscinas y espacios deportivos al aire libre, plazas, marquesinas y paradas de transporte en espacio abierto. Medidas ya son aceptadas por una amplia mayoría de la población

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