Los ecologistas intentan bloquear el primer parque eólico del Bierzo Oeste
Tyto Alba presenta alegaciones y, aunque sólo se prevén cinco aerogeneradores, denuncia el impacto sobre el Camino de Santiago en el límite con el Cebreiro
El parque de Vega sólo prevé la instalación de cinco molinos.
El desarrollo del primer parque eólico en la zona del Bierzo Oeste no contará con facilidades desde el punto de vista conservacionista y medioambiental. El colectivo ecologista Tyto Alba ya ha presentado las primera alegaciones al proyecto del parque La Frontera, en el término municipal de Vega de Valcarce en el límite con Galicia.
Tyto Alba considera que los promotores no respetan ni el patrimonio arqueológico ni etnológico de un espacio que se inscribe en pleno Camino de Santiago. Además, desde el punto de vista técnico echan en falta la situación de la subestación eléctrica que permitirá la evacuación de la energía.
«El estudio -”arqueológico y etnológico-” brilla por su ausencia en la documentación aportada. Se ha omitido la proximidad de la aldea de O Cebreiro, situada a 1.5 km. escasos del lugar donde se pretende ubicar la instalación», denuncian los conservacionistas.
Aunque el parque sólo prevé la instalación de cinco aerogeneradores, la asociación recoge en sus alegaciones que la altura de 80 metros de cada una de las máquinas representaría un grave impacto para el paisaje, «provocando además afección por contaminación acústica».
«Es sospechoso que la empresa promotora, en la documentación aportada, se haya olvidado de la existencia del pueblo, incluyendo sin embargo otras poblaciones menos conocidas, cuando es evidente que el lugar más afectado será O Cebreiro, a pesar de estar declarado como conjunto histórico artístico y que todavía conserva pallozas de origen prerrománico», contraponen los detractrores de la futura instalación.
En otro orden de asuntos, en las alegaciones presentadas ante la Junta de Castilla y León también se censura el posible trazado de la pista de acceso al complejo, que invadiría la zona LIC Ancares-Courel, protegida por la Xunta de Galicia.
Sin beneficios. Todo ello, en opinión de la asociación ecologista, viene a contradecir lo afirmado por la alcaldesa de Vega de Valcarce, la socialista María Luisa Santín, en el sentido de que el parque cumple todos los requisitos y que no afectaba a ningún área protegida. Los detractores del proyecto discrepan también de los beneficios socioeconómicos para el mencionado municipio berciano en contraposición con la ausencia de compensaciones para los pueblos del otro lado de la frontera gallega como Rubiais, Fonteboa, Acibo, Celeiró o El Cebreiro. «Se verán mucho más afectados que los pueblos de la vertiente leonesa y probablemente nunca cobrarán ni un euro, a pesar de que el proyecto se ubica tanto en tierras gallegas como leonesas», remarcó un portavoz de Tyto Alba.
El colectivo echa en cara además a la Junta que haya decidido que el proyecto del parque no se someta a estudio de impacto ambiental, dejando manos libre a la empresa para cualquier intervención. Su acción se produce en pleno debate social en la comarca del Bierzo sobre el parón en la promoción de parques y su efecto sobre la industria de producción de componentes, en constante destrucción de empleo.