A quien corresponda
Silla baja josé álvarez de paz
No sé si el defensor del pueblo castellano leonés, persona a quien yo aprecio, leerá este comentario. Ganas me dan de solicitar su amparo contra el acoso de una compañía llamada Orange, que habiendo intentado cobrar con tenacidad digna de mejor causa una factura a todos luces improcedente, se ha venido carteando conmigo, sin respuesta excepto para invitarles amablemente a vernos las caras en los tribunales, avivando ellos la llama de la memoria de la deuda creciente a través de un supuesto gabinete de abogados que amaga y no da, sólo amenaza y anuncia que la deuda sigue engordando. Esto les ocurre a una legión de españoles todos los días, sin que ninguna institución o instancia les ampare. Algunos van al abogado y ganan el pleito, pero sin costas, porque las compañías se allanan en momento procesal oportuno, con lo que el que gana pierde ya que son más los diablos, léase abogados y procuradores, que el agua bendita.
Lo peor llega cuando aquel contribuyente se entera, como si un soplo de aire fresco le alegrara la crisis, que puede ganar puntos y una rebaja en el precio de la gasolina si pide una tarjeta gratuita, pongamos de Citibank, instituto espeso e inquisitorial donde los haya, que da la callada por respuesta y ante su insistencia se niega a darle cualquier explicación .Ya se enterará por otros vericuetos de que está en el limbo de las almas económicamente contaminadas donde los delincuentes de cuello blanco almacenan a los expulsados del mercado único.
Lo hacen mientras la Unión Europea estudia una tasa para que la Banca pague al menos una parte de sus excesos. Es como vivir en un mundo raro donde los incontrolados se toman la justicia por libre o como decía Celso Emilio Ferreiro «a xustiza po la man» poniendo en la lista de sospechosos a ciudadanos pacíficos por el mero hecho de no haberse dejado robar.
Si el hombre de la calle, en vez de acudir a los tribunales en demanda de amparo, hiciera lo mismo que hacen las compañías eléctricas que se forran cortando la luz, esto sería la jungla. Lo que espera ese ciudadano es que haya alguien para perseguir de oficio esos desmanes.