La reforma de 25 kilómetros del Camino de Villafranca a Lugo costará 2,4 millones

El Comisariado de los Caminos a Santiago por Castilla y León ha encargado un estudio para mejorar el Camino de Santiago en el último tramo berciano, que va desde Villafranca a Lugo. En total, más de 25 kilómetros con carreteras y caminos de diferente titularidad, desde el Gobierno a los tres ayuntamientos (Villafranca, Trabadelo y Vega de Valcarce), pasando por el propio Ejecutivo autonómico y la Diputación de León. Desde el Comisariado del Camino de Santiago se pretende implicar a todas las administraciones en la coordinación y ejecución de este proyecto para que se desarrolle a medio plazo, en un tiempo de cuatro meses.

El coste estimado de la actuación (según el estudio realizado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Castilla y León) es de 2,4 millones de euros, que se repartirá entre las administraciones implicadas en función de los kilómetros de titularidad en las carreteras. Desde el Comisariado para el Camino de Santiago de se está promoviendo un convenio entre las administraciones central, autonómica y provincial, para sufragar este proyecto.

Reparto proporcional. De este modo, según el reparto proporcional, el Ministerio de Fomento deberá subvencionar 1,4 millones de euros; 400.000 la Junta de Castilla y León; 220.000 saldrían del palacio de los Guzmanes y los 360.000 euros restantes se repartirían entre los tres ayuntamientos bercianos.

En la memoria elaborada se hace hincapié en la problemática que existe en el último tramo del Camino por la provincia leonesa y las dificultades con las que se encuentran los peregrinos. Uno de los incisos está en el punto kilométrico 417 de la Nacional VI, donde existe un punto negro de tráfico, por lo que «con las mejoras se reducirá considerablemente la potencialidad con de que se produzcan accidentes», indica el estudio.

Otros motivos que también han provocado la urgencia para realizar esta actuación, que tiene un periodo de ejecución de cuatro meses, son el derrumbe del talud de la autovía -"que incrementó el número de vehículos que circulaban por la carretera nacional durante las obras-" y la celebración del año Santo Jacobeo, que se suman a la compleja orografía del trazado, curvas con poco visibilidad, carreteras sin arcén y mala señalización durante más de 25 kilómetros