Diario de León

Reportaje | s. r. gallardo

Un fin de fiesta refrescante

La Fiesta del Agua de Molinaseca volvió a congregar ayer a decenas de personas

El frío matutino no amedrentó a los más valientes, que se dieron una ducha de agua.

El frío matutino no amedrentó a los más valientes, que se dieron una ducha de agua.

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

El frescor de la mañana despejaba a los que se habían quedado toda la noche esperando al agua. Ayer por la mañana, la calle Real de Molinaseca, el puente y el río volvieron a ser el escenario de la ya tradicional Fiesta del Agua, uno de los principales atractivos de las fiestas patronales de municipio, que se celebran cada año en honor a Nuestra Señora de las Angustias y a San Roque.

A las ocho de la mañana, a la entrada de Molina, los más fiesteros, sobre todo jóvenes, esperaban tiritando el tazón de chocolate caliente que ofrecía el patronato. Pero la fiesta no había hecho más que empezar.

Algunos vecinos de Bembibre se habían quedado a dormir en los coches un par de horas antes y se habían levantado para desayunar y poder así disfrutar del agua. Otros, como cuatro amigos de Ponferrada, se quedaron dormidos después de la fiesta y, con las primeras luces del amanecer, se despertaron y decidieron marcharse sin probar el remojo. No obstante, los más valientes aguantaron toda la noche en las bodegas o en las calles para mojarse y poner así el broche de oro de la celebración, que terminó ayer por la noche.

Decenas de personas miraban recelosas el agua, con ganas de iniciar su particular fiesta. Después del reparto de cubos, los más atrevidos comenzaron a lanzarse agua. Al cabo de un rato, con el estómago lleno y un poco más despiertos, otros grupos de asistentes se acercaron. Como si fuera una verdadera guerra de agua, todos acabaron empapados, salvo los peregrinos que todavía se atrevían a cruzar el puente, y a quienes los participantes respetaban el paso.

A eso de las nueve de la mañana, el frío ya no era un impedimento y los que ya estaban calados terminaron, como cada año, dándose un chapuzón en el río Meruelo y siguiendo con la guerra esta vez dentro del agua.

A pesar de la diversión, la Fiesta del Agua de este año no ha tenido la afluencia de otras veces, siendo menos los asistentes, aunque de variada procedencia. Los había hasta de Barcelona, como Mónica y sus amigos, que ya conocían la fiesta, pero que llevaban muchos años sin acercarse. «Esta fiesta es única, todo el que viene se divierte», apostillaba la visitante, mientras tomaba su chocolate y esperaba con el cubo azul en la mano.

Las fiestas de Molinaseca terminaron ayer, con una réplica de la fiesta del agua, por la tarde y para los más pequeños.

tracking