Ramón exige a la Junta un compromiso firme como única solución al matadero

Un compromiso claro por parte de la Junta de Castilla y León. Esto es lo que exige el presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, José Luis Ramón, para que el proyecto de matadero industrial que el grupo cárnico ICG estudia colocar en el polígono industrial de El Bayo salga adelante. Sin el apoyo económico de la Administración autonómica la empresa cerraría las puertas a la iniciativa, puesto que -"según Ramón-" sólo es viable si está subvencionada. La pelota está ahora en manos de la Junta, no para aprobar o rechazar proyecto alguno, sino para mantener una reunión en la que se comprometa a apoyar la idea. Un encuentro que ha sido solicitado en reiteradas ocasiones por el presidente del Consejo y al que todavía no ha recibido respuesta, pese a que -"aseguró el socialista-" «el delegado territorial ya se ha pronunciado en los medios de comunicación».

Respecto a las declaraciones realizadas por el representante de la Junta en León, Eduardo Fernández; José Luis Ramón ha defendido de forma tajante que el Consejo Comarcal ha hecho sus deberes y «los ha hecho bien». Ello sin entrar en valoraciones de lo que ocurrió hace años, porque -"aseguró-" «yo no estaba aquí y no puedo hablar por otros». Para Ramón, el punto de partida fue el cierre definitivo del matadero de Ponferrada y las consiguientes reuniones mantenidas con ganaderos de la zona para buscar una solución. «No puedo valorar lo que ocurrió hace años porque lo desconozco, lo que sí se es que el Consejo ha retomado todas las negociaciones habidas y por haber y que yo, personalmente, he trabajado para conocer las posibilidades de instalar un matadero comarcal en el Bierzo, incluso adaptando alguna de las industrias cárnicas que ya existen», apuntó.

«Me parece muy bien que la Junta no subvencione ilusiones, sueños o ideas, pero para que este proyecto sea una realidad hay que dar pasos hacia adelante y conocer la postura de la Administración regional», aclaró Ramón, respondiendo así a las críticas dirigidas por el delegado territorial, cuando afirmó que el Consejo presentaba simples ideas y no proyectos concretos. Así las cosas, Ramón dice estar postrado frente a la puerta de la Junta esperando una respuesta oficial. «Me han visto por la mirilla y no han querido abrir», bromeó.

Colaboración y no trabas. Esto es lo que busca el presidente del Consejo, cansado ya de los envites políticos con respecto a un macelo comarcal. Lo importante -"dice-" es llevarlo a cabo para cubrir la demanda existente, «teniendo en cuenta además que existe un sello de calidad que es Ternabi». Son los propios representantes del Grupo ICG quienes tienen que explicar a la Junta el proyecto, después de que ya han visitado la zona y han hecho un estudio de mercado. «Falta una reunión de compromiso» -"explicó el socialista-" y sin esa reunión están atados de pies y manos puesto que «el Consejo ha hecho hasta donde podía hacer».