Valles de gran riqueza fluvial y paisajística

Oencia es de esos municipios que no queda de paso. Hay que ir a él, hay que visitarlo expresamente, hay que recorrerlo y disfrutarlo de una manera decidida, puesto que no queda en un recorrido de paso a otras poblaciones. Esta situación geográfica ha marcado desde siempre su poderío natural. Es una tierra de pronunciados valles con un río Selmo que lo atraviesa y al que vierten aguas numerosos arroyos, en los que los que la flora y la fauna es abundantes y variada. Visitar el municipio de Oencia y sus pueblos es recomendable cualquier día del año. A buen seguro que el turista se sorprenderá de una tierra bella por naturaleza y precisamente por esa naturaleza y su situación han permitido conservarla. La arquitectura es típicamente rural, cuenta con numerosas fuentes y podemos citar por ejemplo la Fuente A Pandela y la arquitectura de Gestoso. Castropetre es otro de los pueblos con sonido poético, que habla de castros y de sus piedras. Oencia tiene también numerosas herrerías. También se puede programar una ruta, por ejemplo con la ferrería de Arnadelo, con la ferrería de Río Cabo, y todo en un marco de sotos de castaños, que en esta época están en su mayor apogeo de fruto.