Abajo la Casa de los Barcia
Adiós tras 60 años a uno de los edificios emblemáticos del centro de Ponferrada
Arriba, el inicio de la demolición, el pasado martes. Abajo, estado que presentaba ayer el edificio,
Fue una de las principales perlas del collar de edificaciones que tras la posguerra comenzaron a engolar bajo la estética «nacional» de la época el centro de Ponferrada. Los hermanos Barcia Rodríguez solicitaron en 1948 una licencia para levantar un bloque de viviendas en la calle Capitán Losada, hoy avenida de España, y para demoler una construcción de planta y piso que entonces ocupaba el solar. En 1950 comenzaron a erigir un edificio de planta baja y cuatro alturas, excepto en las calles capitán Losada y República Argentina donde se elevaba hasta el quinto.
El arquitecto José Ramón Bros diseñó viviendas de cuatro dormitorios, comedor, sala, cocina y servicios con baño; y de otro lado unas algo más pequeñas con tres dormitorios, vestíbulo, cocina-comedor, despensa y baño. El proyecto se presupuestó en casi medio millón de pesetas. Según precisa minucioso el historiador Vicente Fernández. Exactamente en 458.662 pesetas con 81 céntimos. Es lo que recogen los cuidados archivos del Ayuntamiento de Ponferrada de la que el tiempo y la sabiduría popular bautizó como la Casa de los Barcia.
Ayer viernes, del edificio de Bros, inspirado en la arquitectura renacentista española de la posguerra, de fachada sobria aunque salpicada de elementos decorativos escurialenses como sus pirámides emboladas en la cornisa del cuerpo central, apenas resistía enhiesta un treinta por cien de su estructura.
El brazo de 23 metros de altura de la retroexcavadora contratada por Construcciones Manceñido para la demolición ha reducido a un montón de cascotes desde el pasado martes un edificio que ha sido testigo mudo de la actividad más febril del comercio y las finanzas del centro de Ponferrada en los últimos 60 años y que ha celebrado firme los festejos y procesiones de miles de ponferradinos tanto en lo sacro como en lo profano. Aunque hace ya varias décadas que se hallaba deshabitado y sus locales comerciales huérfanos de actividad. Se había convertido en refugio de algún «okupa», pero sobre todo en un nido infecto y maloliente de ratas.
Adiós a una leyenda urbana. La Casa de los Barcia quedará el martes que viene, según las previsiones de la empresa, confinada al recuerdo entre las vallas que rodearán un goloso solar con una planta de mil metros cuadrados de superficie. La sociedad promotora que adquirió el edificio a los herederos de los tres hermanos izará probablemente un cartel en el que anuncie con aire optimista: «Próxima construcción de viviendas». Probablemente también, bajo el brazo de hierro de 23 metros de largo de la retro que ejecuta el derribo, quedará enterrada la leyenda urbana que en los últimos dos lustros ha venido anticipando en este punto neurálgico de la ciudad el supuesto desembarco de El Corte Inglés en Ponferrada.