La Boquería o San Miguel como ejemplo

Lo que quiere poner en práctica el Ayuntamiento en su mercado de abastos está funcionando muy bien en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, que también se han fijado en iniciativas de este tipo de otros países como Francia o Portugal.

En España dos de los ejemplos más significativos de lo bien que funciona esta reconversión del mercado tradicional lo encarnan el mercado de La Boquería de Barcelona, o el madrileño mercado de San Miguel, situado en pleno corazón del casco histórico (cerca de la puerta del Sol y la Almudena).

Son lugares que han cogido gran auge para la visita turística, en donde se ofrece gran variedad de productos selectos y a precios relativamente asequibles. Por ejemplo, en otro de los mercados de barrio reconvertido en gastromercado, como el de San Antón, en la zona de Chueca (Madrid), comerse media docena de ostras con una copa de albariño albariño no costó más de 10 euros.

Desde la concejalía de Desarrollo Económico que dirige Reiner Cortés se destacaba ayer que lo que está claro es que «no se pueden dejar las cosas como están», es necesario cambiar, mejorar, renovarse y apostar por las nuevas ideas que están funcionando en otros lugares. Cortés sostiene que es necesario «asumir el riesgo» y adelantaba que desde el Ayuntamiento van a «poner toda la carne en el asador para que funcione».

Los empresarios se pronunciaban en la misma línea. «El mercado necesita aire nuevo, ya que el modelo tradicional quedó obsoleto», manifestó Abel Ángel Macías, del Cel. Por la Fele Javier Morán estaba en sintonía: «Aportaremos las ideas que podamos con esta iniciativa que es buena para la ciudad».