Un magosto que huele a tradición

Un lustro es más que suficiente para dar solidez a una iniciativa turística que ha colocado a Páramo del Sil como referencia provincial en la celebración del ancestral magosto, acompañado, eso sí, de un mercado tradicional donde los propios vecinos tejen los hilos de una maraña con cabida para todo tipo de productos. Todos ellos con la etiqueta de artesanal.

Veinticuatro autobuses desembarcaron ayer en Páramo procedentes de muy diversos puntos de la geografía leonesa e incluso de la Asturias más cercana. Llegaron para pasar la jornada al calor de las castañas asadas y entre artistas de antaño que trabajan la madera para hacer madreñas, el barro para dar forma a botijos, palilleros y motivos de decoración; e incluso el carbón para hacer de él una joya. Como cada año, tampoco faltó el herrero y hasta la hilandera se dejó ver mientras tejía en un mercado tradicional que crece y mejora con los años. En el papel de mantenedora estuvo la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta, Milagro Marcos.

El mal tiempo fue capaz de frenar las ganas de fiesta que se respiraron. La pulpera hizo el agosto entre tapa y tapa de pulpo mientras los tambores preparaban el manjar típico del otoño y los visitantes recorrieron parajes emblemáticos abiertos para la ocasión. La mina se dejó ver un año después de su apertura y el agua del regato Barbas de Gato se desvió para resucitar la actividad de uno de los molinos restaurados.

Se asaron 1.400 kilos de castañas y se prepararon 1.500 raciones de comida. Todo ello gracias a la labor de cuarenta y dos voluntarios que hacen posible un despliegue de tales dimensiones en un pueblo poco acostumbrado a las multitudes. El Magosto y Mercado Tradicional continuará hoy. No habrá castañas, pero sí una gran chocolatada y varias sorpresas. Bailes regionales, un vino español y la apertura de la mina, el molino y el museo etnográfico completan el programa.