Cosmos hará paradas periódicas por seis meses pero no reducirá plantilla
La cementera de Toral afronta el 2012 con una producción por debajo del 50%.
Ningún sector industrial atraviesa, en los tiempos que corren, su mejor momento y el del cemento no iba a ser una excepción. La cementera que el Grupo Cimpor tiene en Toral de los Vados —la única de la provincia de León junto al centro productor que se ubica en La Robla— opera en estos momentos al cincuenta por ciento de su capacidad real de producción —situada en torno al millón de toneladas—, por lo que en estas condiciones se ve obligado a tomar medidas. De esta manera, a lo largo del 2012 Cosmos paralizará su actividad durante medio año, si bien no lo hará de forma ininterrumpida, sino que serán parones periódicos para ahorrar en costes. Así lo confirmaron fuentes de la empresa, garantizando, eso sí, que ningún puesto de trabajo se verá afectado por la nueva conyuntura.
Mantener los 116 empleos con los que cuenta, a día de hoy, esta fábrica de cementos es una prioridad para la dirección. Por eso —aseguran— en sus planes no entra ni recortar ni regular la plantilla mediante la presentación de expediente de regulación alguno. Así, los períodos durante los cuales la fábrica detenga la actividad se destinarán a labores de mantenimiento de las instalaciones. Algo similar a lo que ocurrió durante buena parte de los parones sufridos por la central térmica de Compostilla, en Cubillos del Sil.
«La industria cementera española es uno de los principales sectores afectados por la crisis, a la que no es ajeno el Grupo Cimpor y la fábrica de Toral de los Vados. A pesar de la situación tan negativa, la compañía no tiene previsto aplicar ninguna regulación laboral a lo largo de 2012», especificaron fuentes empresariales en declaraciones a este periódico, adelantando eso sí que el tiempo de paro siempre dependerá de la evolución del mercado.
Mientras, a nivel laboral y productivo, Cosmos intenta mantenerse en pie pese a la caída de la producción de clínker, en el plano judicial la empresa no se rinde y continúa peleando para poder poner en marcha en las instalaciones bercianas la valorización o coincineración de residuos. Ésta sería quizás una vía de escape y una fuente de beneficios, máxime teniendo en cuenta las inversiones que tuvo que afrontar la companía para adecuarlas al nuevo horizonte que pretendía. Una pretensión que ha chocado con los intereses ecologistas y los de muchos bercianos, y que hasta el momento continúa en ‘stand by’.
Desde que entrara en funcionamiento en 1924, Cosmos atraviesa uno de sus momentos más críticos.