Riesco reta a Ismael a que «dimita ya» o a tener la «gallardía» de gobernar con el PSOE

A cuatro días vista de la moción de censura anunciada por socialistas e independientes, el todavía alcalde de Ponferrada retó ayer noche al líder de IAP, Ismael Álvarez, a que dimita de inmediato, antes de votar en el pleno del viernes, o bien, «tenga la gallardía de quedarse» y gobernar los dos años que restan de mandato mezclado con la bancada del PSOE. Ante un auditorio de unas 500 personas reunidas en el Ponferrada Plaza, Carlos López Riesco acusó a Álvarez de traicionar al 80% de su electorado, por ver cómo sus votos van para el PSOE. Traicionar igualmente a los del PP y a los que dieron la cara por él cuando tenía la presión por el caso Nevenka de acoso sexual. «Traicionó a los que estuvimos manifestándonos en la plaza Fernando Miranda para irse ahora con los que estaban en la acera de enfrente», en alusión a los socialistas y grupos feministas.

Riesco se mostró convencido de que Álvarez no aceptará su reto de quedarse a gobernar, «porque gobernará desde casa». «No se someterá a los plenos, pero las decisiones las tomará él desde casa», advirtió. De hecho, también lanzó un mensaje al que se postula como nuevo alcalde si prospera la moción: «Folgueral se sienta en el sillón de la alcaldía con una pistola en la sien. No podrá gobernar, porque, o hace lo que diga Ismael o dejará de dirigir». Por eso, pidió a Folgueral que, «escondido» ahora incluso de los afiliados socialistas, «si le queda vergüenza torera», retroceda y no se verá sometido a «chantajes diarios».

«La ambición de Folgueral es desmedida y se sienta en un sillón sin soporte moral y ético», añadió Riesco, por estar respaldado por los peores resultados electorales.

El aún regidor dijo que una de las razones de la moción es que PSOE e IAP «quieren la foto» del Mundial de Ciclismo para ellos, «si no lo escachan todo antes». De hecho, Riesco adelantó que con esta moción Ponferrada se verá sumida en el «caos» y «el aislamiento», adelantando que ante el próximo contrato de la limpieza, con recortes, la ciudad estará más sucia, con una reducción de la recogida por semana y «con el 30% de la plantilla a la calle». Riesco también lanzó un mensaje a los que pretenden gobernar: «No haremos nada raro para conservar el gobierno, elegimos dignidad y no sillón».