Diario de León

SEGUNDO PACIENTE ESPAÑOL QUE FALLECE

La orden de San Juan de Dios reclama un esfuerzo global contra el ébola tras la muerte del leonés García Viejo

"No dejemos que la enfermedad nos siga sacando ventaja", insta el portavoz de la congregación

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El cuerpo del misionero y médico leonés García Viejo muerto de ébola ha sido ya incinerado siguiendo los protocolos de la OMS para evitar la propagación del virus. Su funeral se celebrará mañana en la Capilla del Hospital San Rafael de Madrid a las once de la mañana, según confirmado la ONG de la Orden San Juan de Dios, Juan Ciudad.

 A través de un comunicado, la Orden Hospitalaria de San Juan (OHSJD) y la familia del hermano Manuel García Viejo agradecen "el enorme esfuerzo que la sociedad española ha hecho por salvar su vida, estando implicado el Gobierno de España desde el primer momento y sin escatimar esfuerzos, y de forma más visible desde el Hospital Carlos III de Madrid". Además, recuerda la colaboración de "otros muchos que es imposible nombrar, con los que la orden está igualmente agradecida".

Los Hermanos San Juan de Dios expresan sus condolencias a la familia, "compartiendo su dolor y el gozo de su vida ejemplar y entregada a los demás, y el disfrute de haberlo tenido entre nosotros y aprender de él".

Además, la orden "hace un llamamiento a la sociedad para continuar con los esfuerzos que se están realizando para frenar el Ébola, que está arrasando África del Oeste de manera imparable".

"No dejemos que la enfermedad nos siga sacando ventaja", concluye el hermano Miguel Ángel Varona, portavoz de la OHSJD.

Los restos de García Viejo ha sido incinerado en Madrid en medio de fuertes medidas de precaución. Su fallecimiento produjo ayer a las 17.55 horas. A continuación, los profesionales sanitarios del hospital Carlos III (Madrid) procedieron a realizar el protocolo de Policía Sanitaria Mortuaria, como hicieran el 12 de agosto cuando murió el padre Miguel Pajares de la misma enfermedad.

El cuerpo del religioso y médico especialista en medicina interna y tropical se introdujo en un féretro doble, con el interior revestido de un sudario de tela especial y cremalleras. Una operación que se realizó de forma rápida para evitar la exposición del ébola. A continuación, el cuerpo del misionero fue incinerado en Collado-Villalba, el único tanatorio de la Comunidad de Madrid preparado para acoger a un enfermo de grado I.

Las autoridades activaron el regreso de García Viejo el pasado sábado, después de que se confirmara que padeciera ébola. Un avión del Ejército del Aire viajó hacia Sierra Leona el domingo para regresar en la madrugada del lunes a Madrid, donde fue ingresado. El misionero había pasado los últimos doce años de su vida dirigiendo el Hospital de Lunsar, en el centro de Sierra Leona, y de donde no se quería marchar. Su relación con África se remontaba a la década de los ochenta, cuando comenzó a trabajar en Ghana y después en Camerún.

Los compañeros de la Orden de San Juan de Dios, a la pertenecía desde hace 52 años, le convencieron para que fuera tratado en España, donde había una pequeña esperanza de curación con esos 'sueros milagrosos'. Pero no fue posible. Solo se le aplicó un tratamiento de soporte vital.

"Era muy amigable, sencilla, dispuesta a ayudar, no buscando problemas, siempre intentando dar soluciones", explicó Miguel Ángel Varona, presidente de la Juan Ciudad ONGD

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