UN SECTOR EN RACHA
La buena cosecha de castaña hace que se disparen las plantaciones un 60%
Los viveros de la comarca aseguran que hay ‘restricciones’ en determinados híbridos.
Ejemplares injertados (I) e híbridos (D), a la venta en un vivero.
El viento sopla a favor para el sector de la castaña del Bierzo. Los buenos precios pagados en la última campaña de recogida, donde, en algunas zonas de la comarca se llegaron a duplicar los precios pagados hace un par de ejercicios y las perspectivas de que los mismo se mantendrán en los próximos años, han hecho que se multiplique el interés por realizar nuevas plantaciones.
En plena campaña de plantación de castaños, que los expertos recomiendan que se realice «desde que se le cae la hoja», esto es, entre noviembre y febrero, los viveros de la comarca han detectado un importante incremento en la demanda de ejemplares de castaños «desde todos los puntos de la comarca del Bierzo». Un incremento que los comercializadores de los viveros, sin hablar de cifras absolutas, sí se atreven a cuantificar porcentualmente por encima del 60% con respecto a campañas anteriores.
De hecho se ha dado el caso de que la llegada de algunos ‘híbridos’ se ha restringido debido a la demanda. «En concreto del 90.044, que produce una castaña grande, muy dulce y fácil de pelar ya nos han comentado que nos servirán la mitad de las que teníamos encargadas. Y eso a todos», apunta el propietario de uno de los seis viveros que comercializan castaños en la comarca del Bierzo y que la semana pasada sufrió el hurto de todos los ejemplares de este tipo que tenía a la venta.
Los nuevos productores tienen como opción o decantarse por clones híbridos o por ejemplares maderables injertados. La variedad es tan amplia como el propio gusto del consumidor. Y dependiendo de ésta también lo es su precio.
Así, en el caso de los híbridos «todos micorizados para favorecer la recogida de hongos a la vez que la de las castañas», el precio por ejemplar puede situarse entre los cinco y los ocho euros y medio; mientras que en el caso de los ejemplares injertados el precio medio ronda los doce euros.
Según los viveristas, en determinadas variedades, la primera cosecha se recogería a los dos años de su plantación.
Está visto que la buena comercialización de los productos recogidos en el campo berciano es el mejor revulsivo para que se incremente el interés por el producto, y que, tal y como se ha apuntado desde determinados sectores de la sociedad, se pueda convertir en una alternativa de empleo a la situación de crisis que vive la comarca.