La defensa reduce la máxima pena a sólo cinco años de internamiento
La defensa del sospechoso solicita la libre absolución de su cliente, por entender que no es autor de los hechos que se le imputan y para el caso de que se le considerase culpable, propone una máxima pena de cinco años de internamiento, a la vista de su estado mental.
El escrito de defensa sostiene que Paulino estaba en Salamanca cuando ocurrieron los hechos, por lo que no puede ser el autor de la muerte.
Recuerda la defensa que la fecha de fallecimiento de la víctima se sitúa entre el 26 y el 30 de noviembre y que varios testigos sitúan al hermano del acusado aún con vida en fecha de 29 de noviembre de 2011.
Trastorno delirante
Para el caso de que se pudiera acreditar la autoría de los hechos, la defensa propone que se tenga en cuenta la circunstancia eximente del trastorno delirante de prejuicio, que obedece a la certeza que el imputado posee de que sus hermanos, las mujeres y varios médicos pretendían acabar con su vida, por lo que si se acredita que llevó a cabo las actuaciones, lo hizo presa de una situación de miedo insuperable, que le impedían conocer el alcance de lo que estaba haciendo y las consecuencias que comportaba su actuación.
También sostiene la representación procesal del sospechoso que la instrucción se ha demorado por espacio de 34 meses, lo cual cabría incardinar en el supuesto de dilaciones indebidas.
Por todo ello, se solicita un máximo de cinco años de internamiento en un centro penitenciario de condiciones adecuadas para el tratamiento de este tipo de dolencias, siempre que así se acredite ante el Tribunal del Jurado que juzgará el caso.