Una tendencia a la baja que se consolida gracias a una vigilancia mayor

En los últimos años, las agresiones a los ríos y a sus zonas de protección se han reducido considerablemente como se desprende del hecho de que el número de sanciones impuesta sea también menor. Una tendencia a la baja ya consolidada que está directamente relacionada con la intensificación de la vigilancia por parte de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. Así, según los datos ofrecidos por el organismo de cuenca, los 48 expedientes incoados en 2014 son exactamente los mismos que los abiertos durante el año inmediatamente anterior, el 2013, y una decena menos que los expedientes sancionadores iniciados en 2012.

Si bien en 2010, año en el que comenzó la vigilancia más continua, el efecto de ésta fue el contrario, es decir, aumentaron las denuncias; el riesgo de ser sancionado o pillado cometiendo una infracción ha llevado a la ciudadanía a respetar más los caudales. Eso sí, lo que no cambia es la causa principal de las multas, que son de forma reiterativa las obras. De los expedientes abiertos el año pasado, 25 fueron por obras, dos menos que en 2013 (27) y cinco menos que en 2012 (30).

Por su parte, en 2013 por vertidos se abrieron 13 expedientes y 16 en 2012, frente a las 12 denuncias por vertidos directos o indirectos presentadas el año pasado. Los expedientes incoados por derivaciones de agua fueron tres en 2013 y siete en 2012, frente a los seis de este año.