El Consejo supervisa a 151 menores en situación de desprotección en el Bierzo expedientes abiertos

No se puede ligar directamente a la crisis que ha llevado a muchas familias a situaciones límite, pero algo ha tenido que ver la coyuntura económica en el que hecho de que haya sido en los últimos años cuando se ha producido un incremento importante en el número de menores en situación de desprotección o desamparo en el Bierzo. Lo corroboran los datos del Servicio de Protección a la Infancia del Consejo Comarcal, que actualmente trabaja con 151 menores en dicha situación y con 120 familias. El maltrato o las negligencias —no atender al menor de la manera debida— son las principales causas de que un niño sea arrancado de su núcleo familiar y llevado a un centro, a otra familia ajena o que permanezca bajo la tutela de su propia familia pero no con sus padres, según explicó la psicóloga y coordinadora del servicio, Carmen Fernández.

De los 151 menores ‘desprotegidos’ con los que trabaja la institución comarcal, 39 se incorporaron al programa a lo largo de 2014. Año en el que el Servicio de Protección a la Infancia abrió 33 nuevos expedientes después de recibir nada menos que 49 notificaciones de otras administraciones con casos que derivaron en la apertura de investigaciones previas. De ellos una decena eran procesos ya cerrados que volvieron a ser abiertos. Frente a las aperturas, se contabilizaron 22 cierres de procesos, determinados bien porque el menor vuelve a integrarse en su hogar o en uno de adopción en unas condiciones óptimas o porque alcanza la mayoría de edad

Las cifras son preocupantes y aunque son muchas las familias de acogida que hay en el Bierzo —León es una de las provincias de España más solidarias en este sentido— todavía son doce los niños en espera de acogimiento. Ello muestra el gran volumen de casos con los trabaja la institución comarcal en colaboración con otras administraciones y también con Cruz Roja, que es el organismo que se encarga directamente de las familias, haciendo la selección y la valoración.

Una vez que el Consejo Comarcal recibe notificación sobre un posible caso de desprotección, el servicio de Protección a la Infancia activa el protocolo y abre una investigación previa a la que, dependiendo del caso, se le asigna una prioridad u otra. Ello determinará el tiempo de respuesta. Si transcurrido el tiempo de investigación, el servicio determina que hay riesgo de desamparo, lo que se hace es trabajar directamente con la familia del menor para tratar de solucionar los problemas desde dentro. Es decir, se le da a los padres una oportunidad para que mejoren su conducta con respecto el menor. En cambio, si se determina que lo que existe es desamparo, el niño es sacado inmediatamente de su casa. Llegados a este punto, las opciones son varias en lo que al destino del menor se refiere.

Así, en este momento hay 46 niños en centros, 41 acogidos por su entorno familiar y 18 en familias de acogida. Sólo en siete casos activos el Servicio de Protección a la Infancia ha intervenido sin sacar al menor de su hogar y quince de los niños vigilados han entrado, junto a su familia, en el Programa de Intervención Familiar, por el que se marcan unos objetivos que la familia debe cumplir para mantener al menor y se hace un seguimiento. En un escalón más alto se encuentran los acogimientos pre-adoptivos. De estos se han producido ocho y cuatro reunificaciones.

Acogimientos

Residencial (centro): 46 menores.

En su propio entorno familiar (familia extensa): 41 menores.

En familia ajena: 18 menores.

Acogimientos preadoptivos: 8 menores.

Trabajo en casa

15 menores y sus familias participan en el Programa de Intervención Familiar (PIF).

7 menores se mantienen en su hogar bajo tutela.

El año pasado se produjeron cuatro reunificaciones.

Familias controladas

120, de las que 29 se incorporaron el año pasado.