Diario de León

La posibilidad de reabrir la mina de Requejo atrae el interés de capital chino

«Si quieren sacarlo, mineral hay», asegura el último vigilante de la explotación de plomo .

Roca con incrustaciones.

Roca con incrustaciones.

Publicado por
J. C. f. | sobrado
León

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Mientras la minería del carbón agoniza, otra actividad extractiva, como minería metálica cotiza al alza. Un nuevo episodio de los vaivenes del mercado que ahora hacen que sople a favor de la extracción de minerales como el plomo, el cinc o la plata, mientras sepultan al sector del carbón.

La rentabilidad de estos minerales ha hecho que se renueve el interés por reabrir viejas explotaciones, abandonadas a finales del pasado siglo no por el agotamiento de sus reservas, sino por ese capricho de los mercados que relegaron a estos metales en beneficio de otros productos como el plástico o el PVC. En este nuevo escenario es donde adquiere protagonismo la vieja Mina Antonina, en los montes de la localidad de Requejo (Sobrado), en cuya explotación parecen estar interesados tanto inversores nacionales como capital internacional. «La última en dirigirse al Ayuntamiento de Sobrado ha sido una empresa radicada en Valencia pero de capital chino, que quieren conocer la explotación. También se ha interesado por reabrir la mina gente de Panamá, y otros», apunta el regidor de Sobrado, Constantino Valle, quien ve en esta posible recuperación de la actividad, que, según sus cálculos, generaría, en torno a 150 puestos de trabajo, una oportunidad de futuro para la zona.

La explotación, a simple vista, no es más que dos bocaminas y los últimos edificios de los talleres que todavía se mantienen en pie como testigos de lo que fue su actividad durante más de tres décadas. «Se han llevado hasta los raíles», apunta el que desde el 15 de noviembre de 1964 hasta el cese de actividad fue el vigilante de la explotación.

A sus 82 años, Vicente Delgado Sánchez se enfrenta a la posibilidad de volver a ver cómo recupera la actividad la explotación minera en la trabajó durante más de 30 años. «Mineral hay si quieren sacarlo», afirma categórico. Fundamentalmente plomo, también cinc y plata. «La plata va incrustada en el plomo y hay que fundirlo para sacarla», asegura Delgado Sánchez, quien recuerda que «en los mejores tiempos se sacó en una proporción de 200 a 300 gramos por tonelada, llegando en alguna capa muy buena hasta los 700. Donde más plata se encontró fue de la planta 120 para arriba».

En cuanto al plomo, «se producía un camión de lavado a la semana, que se venía a cargar y se llevaba a fundir a La Carolina, donde tenía la fundición la empresa Peñarroya».

La entrada a la explotación se realiza por dos bocaminas que marcan los dos periodos de explotación y las distintas formas de acometer los tajos. La primera, situada junto a las antiguas naves, oficinas y laboratorio, por la que entraban los mineros y salían las vagonetas, es un plano inclinado de unos 206 metros de longitud, que finaliza en la planta del nivel 120. «Se llegaba al frente de explotación y se cargaban las vagonetas a mano», recuerda.

La segunda entrada se encuentra a medio kilómetro de distancia monte arriba, y muestra otra forma de explotación mucho más avanzada. Un gran boquete en la montaña apunta al acceso de camiones hasta el mismo frente de explotación. Para ello los vehículos tenían que recorrer más de kilómetro y medio de galerías con desniveles que superaban en 14%.

En los años de explotación de esta mina de Requejo, que pasó por al menos cinco propietarios, se horadaron en la roca más de tres kilómetros de túneles y galerías, llegando a perforarse hasta a 240 metros de profundidad. «Cuando estaba Peñarroya se hicieron sondeos por debajo del río Sil. Hay una galería que está a 60 metros por debajo del cauce, para ver si se encontraba oro»,apunta el ex trabajador de Mina Antonina.

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