Diario de León

El consumo de coque, el clavo ardiendo que aparece en el futuro de Compostilla II

El coste de la termia lograda con el subproducto de petróleo fue de 0,9 céntimos en 2015, frente a los 1,7 del carbón nacional.

La central térmica de Cubillos del Sil operó en 2015 durante 3.840 horas.

La central térmica de Cubillos del Sil operó en 2015 durante 3.840 horas.

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j. c. f. | ponferrada
Ponferrada

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Una hoja más que se descuenta del calendario sin que se produzca movimiento alguno que aclare el futuro por el que transitará el sector energético de este país. Un mes menos para que las térmicas se enfrenten a la decisión sobre las inversiones medioambientales que deben acometer para adaptar instalaciones como la de Compostilla II y seguir operando más allá de 2020. El tiempo se agota —esta primavera las eléctricas deberán adoptar la decisión definitiva— y ejemplos como el de la central de Elcogas (Puertollano) que este 31 de enero agotó su prórroga para despejar su futuro (hoy, pese al encierro que están protagonizando sus trabajadores, está oficialmente desconectada de REE), no invitan al optimismo.

En este panorama de incertidumbre que impregna a todo lo que rodea al sector de la producción del carbón nacional, las empresas eléctricas han comenzado a sondear todas las posibilidades que tienen a su alcance para continuar produciendo en un mercado libre, como el que se ha dibujado tras la desaparición del escenario de ayudas a la producción. Una labor, en el caso de térmicas como la de Cubillos del Sil, que ha conjugado a lo largo de 2015 el álgebra con trabajos de alquimista «con del objetivo de configurar el mejor escenario posible a la hora de decidir si se acometen las inversiones medioambientales exigidas».

En el pasado ejercicio, la térmica de Cubillos del Sil permaneció enganchada a la red un total de 3.840 horas (160 días), un año ‘aceptable’ habida cuenta de los ejercicios precedentes, y favorecido por las bajas precipitaciones que se registraron en 2015.

En esa labor casi de alquimista en la que se embarcó la central, el material consumido por los tres grupos operativos se elevó por encima de los 1,4 millones de toneladas. De ellas se quemaron 720.000 toneladas de carbón nacional, 630.000 toneladas de coque de petróleo y 90.000 de carbón de importación, en distintas mezclas, que llevadas a un cómputo global se situó en un 50-35-15 respectivamente.

Pese a que únicamente se quemaron 720.000 toneladas de carbón de las cuencas, las compras totales se elevaron a 911.000 toneladas, y ello pesee a que su precio ha estado muy por encima del que figuraba en los mercados tanto para el minera de importación como para el subproducto del petróleo, considerando que el precio del mineral autóctono ha situó en torno a un diez por ciento fuera del precio de mercado.

Con los altibajos habituales que se registran a lo largo de todo un año, se podría establecer como el precio medio abonado en Compostilla II por el carbón nacional en torno a los 80 euros/tonelada, frente a los 78 del de importación y los 66 del coque. Sin embargo, en el sector eléctrico prefieren realizar las cuentas según el poder calorífico de los distintos combustibles empleados: Contabilizado entermias, el coste de ésta con una procedencia de carbón nacional se ha situado en 2015, y siempre en la térmica de Cubillos en los 1,7 céntimos de euro, frente al 1,3 del carbón internacional y el 0,9 del coque de petróleo (producir una termia es casi la mitad más barata con este derivado que con el carbón nacional).

Así las cosas, y en ‘número redondos’ sin con las mezclas de estos tres componentes el Ebitda de Compostilla se cerró en unos 15 millones de euros, si el proceso se hubiese realizado exclusivamente con carbón extranjero, la cuenta de resultados se habría incrementado en 17 millones de euros, mientras que si se hubiera realizado el consumo de coque al más alto rendimiento que permiten los quemadores —necesitan un componente de cenizas que no incluye el coque y que aporta el carbón— el resultado final se hubiera visto incrementado en 34 millones de euros.

Si el Ebitda arrojó un resultado positivo, el descuento de los gastos financieros (impuestos, amortizaciones, gastos fiscales,...) hace que los números rojos afloren en las cuentas de la central. En concreto, la actividad de Compostilla II a lo largo de 2015 supuso un desembolso de 49 millones de euros correspondientes a las medidas impositivas aprobadas en 2012.

Junto a la búsqueda de oportunidades en el proceso de combustión, desde la dirección de la compañía se ha confeccionado un plan de ajuste que afecta a su plantilla, y que en el caso de Compostilla II se concreta en que el número de trabajadores propios mengue en 22 operarios—mayores de 50 años que serán prejubilados con el 80% de su salario— , lo que, según la empresa ayudará a cuadrar las cuentas de resultados de la térmica, ya que pasarán a computar en una partida de fondos aprovisionada especialmente para ello. Así la plantilla propia de la central quedará en 160 trabajadores, a los que habrá que sumar otros dos centenares que operan en la central a través de empresas auxiliares.

En la primavera se encuentra ‘línea de no retorno’ para cuadrar todos estos número, y encajarlos con las nuevas restricciones sobre emisiones que han salido de la cumbre de París, y decidir si finalmente se acomete la inversión para dos décadas.

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