Carracedelo, capital de la concentración

j. c. franco | carracedelo

En una comarca en la que, pese al minifundio, las palabras ‘concentración parcelaria’ siguen generando más odios que alabanzas —un regidor aseguraba en su día que «Si quieres perder unas elecciones inicia un proceso de concentración parcelaria»—, Carracedelo enarbola la bandera de la modernización de las explotaciones agrícolas. En un municipio eminentemente agrícola, como es éste del Bierzo central, está a punto de culminar el que será el cuarto proceso de concentración parcelaria que allí se realiza. El resultado de estos cuatro procesos se resume en una simple cifra: más de 1.800 hectáreas de terreno han sido objeto de este proceso de concentración.

El último está previsto que llegue a su conclusión en octubre, si bien los propietarios de las 1.774 parcelas que han surgido de esta reagrupación de fincas conocían ayer, a través de dos concejos públicos, celebrados en la cabecera del municipio y en Villadepalos, que podrán comenzar a limpiar sus parcelas de reemplazo en septiembre.

Para cumplir con los plazos, estos últimos días, la empresa concesionaria de los trabajos de concentración ha redoblado la actividad y el tránsito de ‘bañeras’ cargadas de zahorra es incesante al objeto de dar forma y firmeza a los caminos que han dibujado una red de 1.774 cuadrículas en las que se materializará esta concentración parcelaria que se está desarrollando en la margen izquierda del río Cúa.

Si la actividad de la máquinas no se detiene durante la semana, el fin de semana no es tiempo para perder por los propietarios. Así a primera hora de la mañana de este domingo, en la reunión de los propietarios celebrada en las dos localidades con terrenos en esta reparcelación, se debatió sobre dos de los últimos flecos a resolver en este proceso: la instalación de los pasos a las fincas desde los caminos acondicionados en las 469 hectáreas que se han concentrado y la limpieza de las fincas para poder colocar los últimos mojones en aquellas parcelas en las que la maleza lo ha imposibilitado hasta ahora.

Una circunstancia que se comenzará a solucionar con la autorización del servicio Territorial de Agricultura de la Junta de Castilla y León para que en el mes de septiembre se tome posesión de las nuevas parcelas. En ese momento, los propietarios podrán acceder a las mismas de cara a «realizar labores de limpieza, desbroce y acondicionamiento del terreno para realizar futuras plantaciones».

Castaños, frutales, plantación de variedades maderables,… nada hay decidido y la producción de estas 1.774 nuevas parcelas quedará en manos de sus propietarios. Antes de que se realizase la concentración de arriba –Carracedelo y Villadepalos I, finalizada en 1973- los vecinos de la cabecera del municipio tenían en estos terrenos su «despensa». La llegada del regadío a la otra zona concentrada fue relegando a esta a labores de praderío — «entonces había mucha ganadería de vacuno en Carracedelo», recuerdan los más veteranos-—y a la plantación de frutales en vaso. De esa época algunos se mantienen en pie, junto otros ejemplares de castaños.

Desde el ayuntamiento, más allá de fomentar charlas informativas como las desarrolladas por la Mesa del Castaño para informar a los productores sobre las ventajas de decantarse por esta especie, se ha promovido un uso ordenado de las parcelas. «A través de la ordenanza de plantaciones se detallan los condicionantes que deben cumplir las plantaciones», señala el regidor popular de Carracedelo, Raúl Valcarce. Esto es, separaciones a linderos y a camino que van desde los doce a los cuatro metros, dependiendo si los propietarios se decantan por una especie forestal o por una frutal y de seis metros al camino.

Sin embargo, desde el consistorio no se quiere dejar ahí la cosa, por lo que están estudiando la posibilidad de incluir en el próximo presupuesto algún tipo de incentivo para que en estas fincas el cultivo de castaño no sea ‘testimonial’.

En este proceso de concentración parcelaria, la Junta de Castilla y León ha invertido más de 2,6 millones de euros, y la contribución del Ayuntamiento de Carracedelo han sido 26.000 euros para la colocación de los mojones de delimitación de las fincas. Unas cantidades que confían en poder rentabilizarse con la puesta en producción de estas parcelas —fundamentalmente reduciendo los costes de explotación a los agricultores—, y para ello será fundamental que el número de fincas que se queden baldías se reduzca a la mínima expresión. De la experiencia de concentraciones anteriores realizadas en el municipio, desde el Ayuntamiento se prevé que «en torno al 60% de las fincas entren en explotación». Entre las causas de estas ‘bajas’ de productores, podría encontrarse el largo periodo que transcurre desde la solicitud de la concentración parcelaria por los propietarios hasta que ésta se materializa. «En este proceso se ha perdido una generación», lamenta el regidor de Carracedelo.