«Lo más bonito que puede hacer alguien es salvar vidas. Te sientes en la gloria»

Milagros es solidaridad en estado puro. Tiene 68 años y lleva más de 20 colaborando con la Hermandad. Ahora mismo es la delegada más antigua, pero pese a los años, su ilusión sigue siendo la misma. Una enfermedad que ha sufrido le impide ahora donar, pero ni con esas deja su labor de colaboradora. Su objetivo es movilizar a cuanta más gente joven mejor y por eso la «prioridad» a la hora de colocar los carteles está en autoescuelas, institutos y los bares más concurridos por este sector poblacional. «En este mundo de consumo y egoísmo en el que vivimos, todo se hace por dinero, pero la cosa más bonita que puede hacer un ser humano es algo por los demás sin esperar nada a cambio. Te sientes en la gloria», asegura una mujer que ha pasado etapas complicadas en su vida y a la que ni un tratamiento de quimioterapia le impidió seguir realizando un papel que garantiza que hará «hasta que no pueda más o me quiten el carné de conducir». No comparte la idea de que la gente joven no está concienciada y defiende que lo que hay que hacer es ponérselo fácil y, una vez dentro, se quedan. De hecho, destaca que en la última colecta de Fabero hubo cuatro donantes nuevos. Ha favorecido —dice— que se hace los viernes y no los domingos, como antes, justo el día después de una noche de fiesta, lo que no llevaba a los jóvenes a donar.