Una Puebla vital, artística y optimista
El paseo por la avenida es ahora bien distinto, entre el arte y la alegría de esta nueva Navidad.
La gente tomó la avenida para disfrutar de las actividades programadas por los vecinos. L. DE LA MATA
m. c. | ponferrada
Llevaban semanas trabajando para que la avenida de La Puebla volviera a ser, al menos durante unos días, lo que otrora fue. Muchas horas de limpieza y decoración, de un trabajo intenso por parte de los vecinos del que ayer, por fin, pudieron verse los frutos. Escaparates impolutos y decorados no sólo con motivos propios de las fechas que se acercan, sino también adornados con escenas de la cotidianidad del Bierzo. No falta, por ejemplo, un trabajador del campo y sus aperos. También se puede ver un papá noel acomodado en su sillón y al calor de la chimenea.
Un nutrido grupo de vecinos se han unido para recuperar, en parte, el esplendor de la que un día fue la milla de oro de Ponferrada y lo han hecho con gusto, al margen de la administración, por su propia cuenta y riesgo y, desde luego, ha sido un acierto. Basta con darse un paseo por La Puebla —deprimida el resto del año— para darse cuenta de que algo ha cambiado, de que, por lo menos desde ayer, vuelve la luz, la vida y la alegría a esta céntrica calle ponferradina en la que la mayoría de los comercios han echado el cierre. Tiendas cerradas a cal y canto cuyos escaparattes están, ahora, más vivos que nunca.
La Puebla ha resurgido esta Navidad y fue ayer cuando inició el nuevo rumbo con un festival en el que no faltaron la música ni las actividades para los niños, hubo también un gran chocolatada, una degustación de vino y los comercios sacaron sus productos a la calle.
Ambientación no faltó y tampoco ganas de pasarlo bien hasta bien entrada la noche. Fue sólo el comienzo de un plan vecinal mucho más ambicioso que, de momento esta Navidad, ya ha conseguido algo insólito: resuciar al espíritu de la alegría, a ese que transmite optimismo.