Diario de León

RECUERDO A UN PROFESIONAL

El Congreso homenajea al berciano López Alba, el periodista que no mentía

Asisten nueve familiares a un acto presidido por Ana Pastor, y en el que estuvo presente el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero

Un momento del homenaje al periodista Gonzalo López Alba desarrollado en el Congreso.

Un momento del homenaje al periodista Gonzalo López Alba desarrollado en el Congreso.

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Asunción López, hermana de Gonzalo López Alba, decía ayer en el Congreso

de los Diputados: "Ojalá no hubiéramos tenido que venir nunca". Nueve

familiares de Gonzalo López Alba asistieron ayer a un homenaje total a

su figura, fallecido en un lunes, 5 de febrero de este año, en el que

nevaba en Madrid. Ocupaban los familiares dos filas para llenar el vacío

de un periodista que se conocía al dedillo lo que pasa en la sede de la

democracia.

Si hubiera que encontrar un punto intermedio entre el realismo mágico

gallego y la literatura imaginaria berciana, Villafranca del Bierzo, con

Antonio Pereira a la cabeza, sería el lugar exacto. Y luego el

periodismo. Es decir, también un buen territorio para emprender rumbo al

noticiario parlamentario que a la manera de los maestros pioneros

desempeñó Gonzalo López Alba, al que ayer se homenajeó en el Congreso de

los Diputados. Fue premio Luis Carandell. Y eso es decirlo todo.

Allí, en ese Bierzo que escribe, nació este periodista que durante años

se encargó de que los ciudadanos entendiéramos a los representantes de

la patria y, aún más, que supiéramos que algo hacían.

Era López Alba tan querido entre sus compañeros y sus objetos de

trabajo, o sea sus señorías, que todos lamentaban ayer su muerte y

elogiaban su quehacer. Y compañeros como Jesús Maraña, al otro lado de

la provincia: Sahagún, fue de los que presidió el acto y habló de su

figura en una voz entrecortada que contrasta con su habitual tono

decisivo. Y recordaban sus hitos, así como lo contrario, tal es el caso

del reciente cierre de uno de los medios en los que trabajó.

José Luis Rodriguez Zapatero, presidente del Gobierno en tiempos de

actividad plena de López Alba lo recordó con cariño, precisamente en el

terreno de juego donde libraron seguro batallas dialécticas en las

que el recurso literario del berciano le serviría de regate.

Resultó hasta confortable ver en cantidad a los compañeros periodistas

de López Alba en torno al recuerdo de su figura y no querer perderse el

acto. Vicente Ángel Pérez, Raimundo Castro, Esther Palomera (una de las

artífices de que ayer se recordara a López Alba con imágenes tan

entrañables como representativas), Anabel Díez, Fernando Garea..., entre

otros destacados nombres del periodismo actual, asistieron.

Había una sobrina de López Alba, una chica de ciencias, que era uña y

carne de su tío, su favorita, que miraba para ese hemiciclo que es la

sala Ernest Lluch, otro nombre memorable, y que presidía ayer Ana

Pastor. Pero también estaba Patxi López, ex lehendakari del País Vasco.

O el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández. Alfredo

Pérez Rubalcaba...

Fue un acto tejido con nombres que se antojan del pasado pero que no lo

son. Y no lo serán porque quedan aún calientes las crónicas

parlamentarias de Gonzalo López Alba. Porque, si alguien lo lee ahora,

resulta conmovedor asistir a reconocer sus propios errores, sólo

anunciados por él mismo. Que resultan tan banales que no han cambiado el

país. Y que de serlo, sólo lo serán por jugársela el propio Gonzalo en

asuntos futuribles. Como adivinar quién iba a liderar tal o cual

partido. "Me equivoco pero no miento", dijo una vez. A ver cuánto

periodista sostiene ese enunciado.

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