Diario de León

MEMORIA HISTÓRICA

El IEB rescata los archivos de la MSP para contar la revuelta minera de 1934

Publica además una lista de 54 bercianos que iban a ser enterrados en el Valle de los Caídos

Arriba, guardias civiles con mineros y mujeres presos en Brañosera (Palencia).

Arriba, guardias civiles con mineros y mujeres presos en Brañosera (Palencia).

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CARLOS FIDALGO | PONFERRADA
Ponferrada

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El 6 de octubre de 1934, el electricista de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) Arturo Pita no se presentó a trabajar. Debía poner en marcha los transformadores de la fábrica de briquetas a las seis de la mañana, y media hora después los del lavadero. Pero no lo hizo. Había estallado la revolución.

Arturo Pita argumentó después que se había quedado dormido, pero la MSP siempre sospechó que detrás de su despiste podía haber algo más, y solo «la precipitación de los sucesos impidió aclarar esto último e imponerle el correctivo correspondiente». El nombre de Pita y su ausencia en un puesto clave para poner en marcha dos de las instalaciones de la mayor empresa minera de la provincia el día en que los trabajadores de las cuencas iniciaron una revuelta que terminó en los libros de historia forma parte de un informe interno elaborado por la MSP aquel año que ahora ve la luz gracias a la donación que ha hecho Concepción Tamargo al Archivo de la Memoria del Instituto de Estudios Bercianos (IEB), y que ha permitido a los historiadores Vicente Fernández y Francisco Balado analizar aquellos sucesos desde el punto de vista de la compañía en un artículo conjunto incluido en el último número de la revista de la asociación, presentado ayer.

Aquella revuelta que levantó en armas a las cuencas mineras de Asturias, León y Palencia, sobre todo, y que buscaba sembrar la semilla de una revolución social en toda España, dejó algunos sucesos que han trascendido desde la historiografía a la memoria popular y casi la leyenda como el incendio de la Iglesia de San Pedro de Bembibre y el famoso Cristo de manto rojo que los mineros respetaron «por ser de los nuestros», como recogió la prensa de Madrid, y el tiroteo posterior con soldados venidos de Astorga para sofocar la revuelta. Fernández y Balado recuerdan, sin embargo, que la revolución no prendió y que sería mejor llamarla «insurrección». «En el Bierzo no pasó de una huelga con algunos episodios puntuales muy violentos», escriben. Los informes internos de la MSP, elaborados ya con fecha del 19 de noviembre de 1934, cuando la revuelta ya había llenado las cárceles de insurrectos, aportan ahora la visión de la empresa minera que sufrió los efectos de la huelga.

El número 41 de la revista del IEB también incluye un artículo de Diego Castro sobre los Sabotajes contra ferrocarriles en el Bierzo; revolución de octubre de 1934 y guerrilla antifranquista que aporta nueva información sobre aquel periodo, y uno más de Miguel José García González con el censo de 54 combatientes bercianos del bando de Franco susceptibles de ser trasladados al Valle de los Caídos. No se sabe si finalmente lo fueron.

El centenario de la MSP en otro artículo de Balado, que repite con una semblanza del aviador Demetrio Zorita, la historia de la calle Gil y Carrasco en Málaga, de Jovino Andina Yanes, un texto sobre Doña Jimena Múñiz, origen de la dinastía real portuguesa, de Santiago Taladrid, el priorato y señorío de San Juan de la Mata, por Juan Antonio Barrio, el cooperativismo, por Concepción Basanta, y un texto de Balboa sobre Antonio Fernández Morales son otras propuestas de la revista.

Vicente Fernández y Mar Palacio muestran la revista con portada de Salví. L. DE LA MATA

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