El golpe final empezó en el Bierzo

Hasta hace pocos días nadie se acordaba de Resistencia Galega, un grupo independentista casi marginal, sin operatividad desde hace tiempo, convertido en el único grupo terrorista en activo tras el final de ETA. Si acaso, el hecho más relevante de los últimos años fue la detención en Ponferrada, en junio de 2014, de una de sus más destacadas activistas, María Osorio López, que había acudido a casa de un familiar en el barrio de La Placa.

Así fue hasta el pasado 15 de junio, cuando la Guardia Civil detuvo en Vigo a los dirigentes de la organización Antón García Matos y María Asunción Losada Camba junto a otro colaborador, en virtud de sendas requisitorias de los Juzgados de Instrucción números 4 y 6 de la Audiencia Nacional, por los delitos de pertenencia a organización terrorista en grado de dirigente, tenencia y transporte de explosivos y falsedad documental.

Aunque en los últimos años, las diversas operaciones policiales habían conseguido desarticular los comandos de la organización terrorista y detener a todos sus miembros, además de actuar contra su entramado organizativo de apoyo, el máximo dirigente de la misma permanecía huido junto a María Asunción Losada Camba desde 2006, lo que permitía a Resistencia Galega mantener los conocimientos técnicos y la experiencia para la confección de artefactos explosivos. A Resistencia Galega se le atribuye más de sesenta acciones violentas, muchas de ellas realizadas con explosivos de fabricación propia. En principio, ninguna en el Bierzo, donde sí actuó a principios de 1991 el denominado Exército Guerrilleiro, que explosionó cinco torretas de tendido eléctrico con 20 kilos de goma 33, en la zona de Magaz de Abajo, Fuentesnuevas, Cubillos y el alto de Montearenas. Antes, unos turistas habían descubierto un zulo en La Cuevona de Las Médulas, con 100 kilos de gelamonita y goma 300, también pertenecientes a esta organización, que saltó a la notoriedad por volar el chalé de Manuel Fraga en Perbes.

Fuentes de la Guardia Civil optan ahora por el silencio a la hora de valorar si hay relación de los últimos detenidos con el Bierzo. En principio, no la hay, ni tampoco la había cuando se detuvo en Ponferrada a María Osorio López. Entonces, ya se descartó que el Bierzo fuera lugar de escondrijo para los dirigentes de la organización.

Durante estos años han sido muchas las pistas seguidas para la localización de García Matos, llegando incluso a ubicar su paradero fuera de España.

Tras su detención, la última novedad de la investigación ha sido que la Guardia Civil se ha incautado de tres armas de fuego en el registro que efectuó este pasado sábado en un domicilio de Fornelo de Montes, al noreste de Vigo, perteneciente a los líderes de Resistencia Galega.

Antón García Matos, conocido como Toninho, y Asunción Losada Camba, se encuentran en prisión provisional en el centro penitenciario de A Lama por orden del juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón.

Sobre María Osorio López, cuando fue detenida en Ponferrada, pesaba una orden de ingreso en prisión al haber sido condenada a 7 años, 9 meses y 1 día por pertenencia a organización terrorista y falsificación de documento público con fines terroristas.

Hace dos años un grupo de simpatizantes se manifestó a las puertas de la cárcel de Mansilla de las Mulas, donde se encontraba presa, para reclamar su libertad.

Resistencia Galega, que no ha tenido más de 50 miembros, fue declarada organización terrorista en 2014 por el Tribunal Supremo, nació como heredera del Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive en 2005 con la publicación de un manifiesto fundacional en internet. El derribo de aquellas torretas en el Bierzo fue entonces reivindicado por el Exército Guerrilleiro en un comunicado en el que implícitamente ligaba «la comarca berciana» con Galicia.