Diario de León

Festividad

El último responso por el carbón

La escenificación de la Santa Compaña fue aprovechada para rendir homenaje al mineral y fue un éxito que garantiza una segunda edición

Participantes en la procesión de la Santa Compaña, con el carbón en brazos. AYUNTAMIENTO DE FABERO

Participantes en la procesión de la Santa Compaña, con el carbón en brazos. AYUNTAMIENTO DE FABERO

Ponferrada

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Hace meses que murió, pero durante la madrugada de ayer se celebró el entierro. A última hora del viernes partió de la plaza del Ayuntamiento de Fabero la procesión de la Santa Compaña y las agujas del reloj marcaban más de la 1.00 cuando la comitiva se despidió del muerto, que no era otro que el carbón.

Cerca de medio centenar de personas participaron en una iniciativa celebrada por vez primera en la cuenca para recuperar una tradición del medio rural de Fornela ya desaparecida, la de la Santa Compaña, esa procesión de ánimas de leyenda que visitan a quien está a punto de perecer o ya lo ha hecho para anunciar su trágico destino y acompañarle en el trayecto hacia el otro lado. Lo que hay más allá no se sabe, más o menos la misma situación a la que se enfrenta Fabero tras haberse despedido del carbón.

Una reivindicación de las tradiciones y del mineral que les ha dado todo. Eso es lo que quiso hacer el Ayuntamiento con una iniciativa que ha tenido gran acogida y que ha involucrado a vecinos de todas las edades. También los más pequeños se sumaron a la escenificación de la inquietante procesión hasta el mítico Pozo Julia. Ataviados de blanco impoluto o de completo marrón, enlutados y con apariencia de esqueleto. Cada uno de los participantes interpretó el papel que le correspondía y sólo la luz de los velones iluminó su camino hasta el destino final.

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