El párroco llama «ser vomitivo» a Otegui y culpa a Arzallus

En la misa oficiada por los dos fallecidos en el atentado, el párroco de Fabero, Máximo Álvarez, fue muy crítico con los terroristas y con los que politicamente les amparan. El sacerdote quiso que su mensaje traspasase las fronteras comarcales y llegase al País Vasco: «Cuando alguien es capaz de segar la vida de una niña de 6 años no podemos callar ni cruzarnos de brazos, -dijo el cura-; por eso nuestra reunión es un grito de protesta y denuncia que queremos que llegue muy lejos. Denunciamos a los terroristas, seres descerebrados y crueles, sin sentimientos, harapos de personas, incapaces de tener sensibilidad para comprender el alcance de sus barbaries y el sufrimiento que provocan, y muchas veces ellos son víctimas de otras personas que los instigan y utilizan, de quienes los educan para el odio y el fanatismo; por eso, son mucho más que dignos de nuestra mayor repulsa quienes desde su cinismo y cobardía fomentan y dan apoyo a los terroristas, seres odiosos y vomitivos como el señor Otegui y también sus seguidores batasunos». El párroco también dedicó palabras críticas a Arzallus, al que acusó de «pasividad cómplice», y retó a que sus incongruencias y «palabras provocadoras» las dijese en un acto como el celebrado ayer en Fabero. Máximo Álvarez denunció a los que como Arzallus se erigen salvadores de un pueblo, siendo según dijo, sus principales enemigos y llamándoles «miserables dictadores».