La calidad del agua enfrenta de nuevo a PP y PSOE en un tenso pleno

El estado de las aguas del río Cúa a su paso por Vega de Espinareda y su uso el consumo doméstico de los habitantes de esta población ha hecho resurgir en el último pleno municipal el enfrentamiento entre el alcalde, Mario Guerra y los concejales del PSOE. Guerra, que justificó una vez más la potabilidad de las aguas bombeadas del río para el consumo doméstico, arremetió contra el Ayuntamiento de Fabero acusándole de no hacer nada por depurar sus aguas residuales. Además, insistió en que el agua usada para el consumo es perfectamente potable. El enfrentamiento se activó de nuevo al interesarse el portavoz socialista, José Luis Prieto, por el estado en que se encontraba un proyecto existente para depurar las aguas residuales de Fabero y Vega de Espinareda, antes de ser vertidas al Cúa y si se había hecho alguna gestión en este sentido. En medio reproches por la pregunta, Guerra dijo que Vega no tenía porqué hacer gestión alguna en este sentido y que Fabero era el que tenía que preocuparse de gestionar la construcción de una depuradora. Y acusó a los socialistas de alarmismo. Mientras, los socialistas se apoyaron una vez más en un informe sanitario que apunta que el agua no es apta para el consumo por su contenido en residuos fecales, por lo que pidieron que no se utilice el bombeo de aguas procedentes del Cúa y se distribuya equitativamente el agua de la traída de Fornela entre las poblaciones de Sésamo, El Valle de Finolledo y Vega. Según ha podido saber este periódico, el farmacéutico que hizo los análisis de potabilidad en la zona ratificó en la reunión del Consejo de Salud del área Sanitaria de Fabero que dicha agua no era apta para el consumo.