Ponferrada expedientó por mala conservación a 56 edificios y se deteriora su casa más antigua

La vivienda particular más antigua de Ponferrada, una casona del siglo XVI en la calle del Reloj, con arco apuntado de inspiración gótica y una solana de madera bajo la cubierta en mal estado no se encuentra entre los 56 expedientes urbanísticos abiertos el pasado año por el Ayuntamiento por incidencias derivadas de la mala conservación del inmueble o por ruina. Pero podría figurar en la lista de los próximos años si no se frena su deterioro, sobre todo en la galería que corona el inmueble vacío en la fachada que da la calle, . «Tenía un revestimiento de escayola que parecía hormigón, pero debajo solo había madera y las vigas del balcón están podridas», explica el concejal de Urbanismo, Pedro Fernández, cuando este periódico le pregunta por el estado de la casa residencial con casi cinco siglos de antigüedad y que en años anteriores ya requirió la atención de su Concejalía.

En el mapa de incidencias del año 2021 si figura, a pocos metros y en la misma Calle del Reloj, la vivienda del número 23, estos días cubierta con un andamio hasta el balcón para solucionar sus problemas, después de que el Ayuntamiento le abriera expediente por mala conservación ante el riesgo de caída de cascotes.

El mapa con los 56 incidentes registrados el pasado año tiene puntos negros repartidos por toda la ciudad y por algunos pueblos del municipio, pero deja en evidencia que en determinados barrios como el de La Puebla, el casco antiguo todavía, y zonas de Flores del Sil o de Los Barrios, algunas viviendas vacías pueden convertirse en un problema. La lista de órdenes de ejecución de obras tras la apertura de expedientes, algunas ya concluidas, incluye inmuebles en la avenida de Compostilla, la avenida de España, la de Portugal, Luciana Fernández, Carnicerías, la avenida de Asturias, Revolvedero, Teleno y hasta la plaza del Ayuntamiento, además de ñueblos como Salas y Villar de los Barrrios, Fuentesnuevas o Dehesas.

Los propietarios, explica Pedro Fernández, están obligados a subsanar las deficiencias —como están haciendo en la calle del Reloj— y en caso de que no haya un dueño conocido, podría ocurrir que, previo expediente de ruina y e incluso de demolición, el Ayuntamiento tuviera que hacerse cargo del derribo.

No es el caso, por fortuna, de la casona histórica en el número 12 de la calle del Reloj. Adquirida en los años noventa por el Casino La Tertulia para ampliar sus instalaciones; una obra que finalmente se redujo solo a la instalación de un almacén y una zona de servicios en la parte trasera del enorme inmueble de 800 metros cuadrados habitables porque los problemas de la asociación con el edificio de su sede en el pantano de Bárcena obligaron a suspender las obras en la calle del Reloj. La casona, popularmente conocida como la Casa del Turco, es un edificio protegido por su interés histórico y la fachada es intocable.

Sin uso y cerrada desde que el Casino, durante la presidencia de Ricardo Barredo, pagó en torno a los once millones de pesetas (unos 66.000 euros) por toda la propiedad a Alicia Llorente Villarejo, hoy —cuentan algunos socios— no se descarta ponerla de nuevo a la venta.

El investigador José María Luengo ya incluyó la Casa del Turco entre los inmuebles que estudió en 1967 en su libro Esquema de la Arquitectura Civil en el Bierzo. Luengo ya destacaba entonces en la «casona del siglo XVI un tanto adulterada» el arco de su fachada «ancho y ligeramente apuntado, adornado su intradós con molduras de nacela entre dos baquetones», «cobijado por un alfiz» de «recuerdo morisco» y formado por un filete y dos nacelas empalmadas en degradación. El arco fue la puerta original del inmueble, recorvertida en escaparate de un comercio y la ventana de al lado acabó por transformarse en puerta.. En la época de Luego todavía se apreciaba un escudo entre los dos balcones. Pero es la sola, «a plomo con el muro», de su parte superior la que presenta hoy más problemas de conservación porque la madera está en mal estado, advierte Pedro Fernández.

El que fuera jefe del Servicio de Cultura de la Junta y hoy Bibliotecario y Archivero Municipal, Jesús Álvarez Courel, visitó el inmueble en su momento y aún recuerda la existencia de un blasón en su interior.

El anteproyecto que el Casino La Tertulia acabó descartando contemplaba una estructura transparente para visualizar el pozo y unir el inmueble histórico a su sede. Pero la idea nunca vio la luz.