Diario de León

LUCHA ANTIFRANQUISTA

Ochenta años del primer aliento de la guerrilla en Ferradillo

Sputnik Labrego ‘resucita’ con unas jornadas en Carucedo el mítico congreso que en 1942 creó la Federación de Guerrillas de León-Galicia

La Casa del Parque de Carucedo acoge este fin de semana unas jornadas sobre el Congreso de la Federación de Guerrilleros León-Galicia celebrado en los montes de Ferradillo en abril de 1942. Cuando se cumplen ochenta años de la reunión clandestina, organizan las jornadas el grupo de investigadores Sputnik Labrego y Edicións Positivas con la colaboración del Ayuntamiento de Carucedo.

Ponferrada

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Se reunieron en las laderas de Ferradillo, un día, quizá dos, del mes de abril de 1942.  Venían de la Ciudad de la Selva, el refugio de huidos en los montes gallegos de Casaio, de Los Ancares, de la sierra de Courel, de La Cabrera, del Bierzo.  Allí estaba el legendario Manuel Girón, junto a Marcelino Fernández, El Gafas, César Ríos, Abel Ares, de Toral de los Vados, no menos legendarios, y así hasta sumar 24 guerrilleros antifranquistas, convocados en un lugar recóndito del Bierzo para organizar la lucha armada, y ante todo la supervivencia, de quienes no se resignaban a perder la guerra frente al régimen de Franco. Ochenta años después, y no lejos del lugar donde tuvo lugar aquel encuentro al aire libre del que quedaron al menos dos fotografías borrosas, la Casa del Parque de Las Médulas en Carucedo acoge este fin de semana unas jornadas sobre la Federación de Guerrillas León-Galicia organizadas por el grupo de investigación Sputnik Labrego y Edicións Positivas con la colaboración del Ayuntamiento de Carucedo.

Aunque el primer aliento de la Federación como organización de resistencia —en un momento en que las esperanzas de los guerrilleros pasaban por el triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial— nació en aquellos días de abril de 1942 en Ferradillo, el germen de la agrupación lo habían puesto un año antes en la Ciudad de la Selva los huidos que habían instalado sus campamentos en la zona orensana de Casaio, cuenta  el responsable de las jornadas que recuerdan la efeméride, el historiador de Sputnik Labrego Alejandro Rodríguez. «Era una cuestión, sobre todo de subsistencia, de organizar la logística para resistir», relata Rodríguez, uno de los ponentes este sábado en la primera de las dos sesiones de las jornadas.

Y la clave para resistir y confiar en que los aliados le dieran la vuelta a la guerra mundial y también invadieran España para desalojar a Franco, estaba en «la unidad y la disciplina»,  añade Rodríguez. La mezcla de anarquistas, comunistas, socialistas y  luchadores y huidos sin filiación política hacía necesaria una estrategia conjunta. Pura cuestión de supervivencia, insiste el historiador.

Rodríguez tiene contabilizadas medio millar de acciones en las que intervino la guerrilla antifranquista de la Federación de León y Galicia entre 1941 y 1947, los años de mayor actividad. Y eso incluye desde sabotajes esporádicos, asaltos para procurarse alimentos y tiroteos en emboscadas de las fuerzas del régimen, sobre todo, a «asesinatos» de colaboradores de la dictadura. 

Otra imagen de la reunión de la guerrilla facilitada por el grupo Sputnik Labrego. CORTESÍA SPUTNIK LABREGO

Otra imagen de los guerrilleros reunidos en Ferradillo facilitada por Sputnik Labrego. CORTESÍA SPUTNIK LABREGO

La «unidad y disciplina» de la Federación de Guerrillas se rompió pronto. Acabada la Segunda Guerra Mundial y con los aliados enfrentados entre ellos en los albores de la Guerra Fría, la invasión de la España de Franco nunca estuvo sobre la mesa. Los comunistas abandonaron en 1946 una agrupación que ya había quedado muy tocada cuando el año anterior tres guerrilleros y dos enlaces habían sido abatidos en una emboscada en Columbrianos, a las afueras de Ponferrada.  «Desde ese momento cae la red de enlaces, con 135 personas», narra Alejandro Rodríguez. Girón, abatido tras una traición en las Puentes de Malpaso en 1951 fue el último gran líder guerrillero que operó en el Bierzo. Había comenzado la desbandada hacia el exilio, asumida la derrota, y para 1953 la actividad de los grupos armados, tratados como bandoleros por el régimen de Franco, también decaía en Galicia.

La primera sesión de las jornadas también contó ayer con la ponencia de Dionisio Pereira, que habló de la red de evasión de antiguos combatientes de la República que funcionó en el norte de Portugal,  y Eliseo Fernández, que trató sobre la guerrilla en la sierra de Courel. 

Ponentes y asistentes a las jornadas ( sesenta personas) también tuvieron tiempo de recorrer algunos de los hitos de la memoria histórica y de la guerrilla, desde Rioferreiros al cementerio del Carmen y el monumento de Jerónima Blanco y su hijo en Ponferrada a la que fue casa del ingeniero inglés colaborador de la Inteligencia británica Alexander Easton en Carracedo.

Las jornadas continúan este domingo en la Casa del Parque de Carucedo con las ponencias sobre la arqueología y las fosas de la guerrilla a cargo de Carlos Tejerizo-García, Xurxo Ayán y Laura M. Panizo. Nuevas líneas de investigación sobre unos hombres que hace ochenta años se reunían en un insólito congreso clandestino de luchadores antifranquistas en Ferradillo.

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