La guerra de harina de los ‘enfarramacaos’

El lunes a las 18.00 horas regresan a Toreno los farramacos. Todos los vecinos están llamados a participar en una guerra de harina y confeti con la única condición de ir vestidos de cualquier manera. Sí, mejor harapos o ropa y disfraces viejos, nada que no quieran estropear. Eso dice la tradición. ‘El arreo de los farramacos’ fue en su día algo reiterativo en el calendario social de Toreno. Los vecinos se lanzaban a una batalla con hollín y harina y de ahí la necesidad de ir ataviados para hacer frente sin condiciones a la que se venía, sin temor a dejar inservible lo puesto. La práctica se dejó de hacer hasta que el Ayuntamiento decidió recuperarlo hace algunos años, únicamente interrumpido por la pandemia. Y el lunes vuelve a haber guerra.

En lugar de hollín, ahora se utiliza confeti, pero la harina pervive y además de los kilos dispuestos por el Ayuntamiento de Toreno, cada vecino puede llevar la suya. Cuanta más mejor. Así, la plaza de la Casa de la Cultura —donde tiene lugar el arreo— queda invadida por una mezcla de polvo blanco aderezado con papeles de colores. Allí nadie se libra, da igual grandes que pequeños y lo que lleven puesto. El que se arrima se lleva lo suyo. Así durante algo más de una hora, que es lo que habitualmente dura esta particular batalla campal, ya consolidada como antesala del desfile de Carnaval, que en el caso de este pueblo se celebra el día 26.

Cierto es que ‘El arreo de los farramacos’ se ha asentado en la programación festiva de Toreno sin ánimo de moverse de ahí. A los vecinos les gusta la guerra de harina y la fiesta que se genera a su alrededor. Y no son pocos los que se suman llegados de los pueblos de los alrededores para llenar de energía el lunes de Carnaval. De energía, de harina, de confeti y si hay suerte, también de regalos. La organización entregará a cada participante un número y al final de la batalla se celebrará un sorteo. El más afortunado podrá llevarse una tablet.

Así, el plan de lunes en Toreno en enharinase en compañía, rebozarse y lanzarse harina al ritmo de la música y confiar en ser el más rápido para sortear los lanzamientos de los contrarios. Las bolsas con la ‘metralla’ estarán repartidas por toda la plaza, para que desde cualquier ángulo sea posible el tiro. Habrá más de cincuenta kilos si los vecinos no lleva de casa. Que llevarán y se llevarán.