Nueve toneladas de tierra sobre la tumba del Capitán Fantasma

Nueve toneladas de tierra, de losas y de piedra. Y ochenta y tres años encima. Es el peso que soportaba la tumba anónima de Tomás Fernández Castro, el guerrillero antifranquista al que llamaban Capitán Fantasma que fue abatido en junio de 1940 por la Guardia Civil en Primout mientras protegía la retirada de sus compañeros. Nueve toneladas  en la zona civil del cementerio de la localidad del Alto Sil, durante décadas despoblada, que los voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) han retirado el pasado fin de semana a calderos, hasta dar con los restos del guerrillero.

Todavía habrá que esperar al resultado de las pruebas de ADN pendientes, pero en la ARMH, tiene pocas dudas sobre la identidad de los huesos hallados en la  zona del cementerio civil de Primout. «Los restos aparecieron boca abajo, no había ningún cuerpo más enterrado, y los testimonios que hemos recogido coinciden con el de las cartas de los guerrilleros a la familia en los años ochenta», explicaba este lunes el vicepresidente de la asociación, Marco González.

La ARMH desescombró el sábado y a mano el recinto de 15 metros cuadrados entre muros de piedra situado junto a la lápida que la familia de Tomás Fernández colocó en su memoria en los años ochenta, cuando las cartas de sus antiguos compañeros de guerrilla revelaron la verdad de lo ocurrido a Capitán Fantasma. Su familia, recuerda González, creía hasta entonces que Tomás Fernández seguía vivo, que había huido y rehecho su vida. 

Y el cuerpo apareció, retirado el escombro «donde nos decía todo el mundo», añade González. Descendientes de antiguos residentes de Primout, senderistas y familiares de Tomás Fernández, como su nieto Luis Fernández, acompañaron durante todo el día las tareas de exhumación.

A Capitán Fantasma, antiguo oficial del Ejército Popular de la República que había combatido en el Frente de Asturias, le dieron sepultara los vecinos de Primout en la zona civil del cementerio. «Les pidieron que lo enterraran fuera del cementerio, pero en el pueblo decidieron hacerlo en la zona civil»!, explica Marco González. No querían a nadie enterrado fuera del camposanto.

Cerrada la fosa de nuevo durante la jornada del domingo, los restos de quien parece Tomás Fernández ya se encuentran en el laboratorio de la ARMH en Ponferrada, donde una muela servirá para cotejar su ADN con el de su nieto. Será el antropológo forense Gonçalo Nuno Carnim, del Instituto de Medicina Legal de Portugal, el que se encargue de las pruebas. En octubre o noviembre podrían estar listas y permitir que los familiares de Tomás Fernández se lleven los restos para su entierro en Asturias.

Minero de Olloniego afiliado al PSOE, casado con Adonina Vázquez y padre de Justo Tomás, Tomás Fernández había tratado de curzar a Portugal junto un grupo de guerrilleros de su pueblo a finales de 1939. Descubiertos por los guardias portugueses, se unieron a la guerrilla de Galicia y León. En la primavera de 1940, junto a una veintena de guerrilleros trató de cruzar de nuevo a Portugal, pero murió en Primout, mientras protegía la huida de compañeros como César Ríos, herido en un glúteo. 

La ARMH ha usado este fin de semana un detector de metales con la ayudad el historiador Serxio Castro para localizar alguna de la munición Mauser de aquella emboscada. A los guerrilleros que iban camino de Portugal los  había delatado un pastor.  El resto es historia oral, cuarenta años de incógnitas, cuarenta y tres más de dudas hasta el hallazgo del cuerpo  este sábado y nueve toneladas de escombro.