HOMENAJE
La calle del enólogo que hace magia con el vino
La placa de la calle de Raúl Pérez ya está puesta en su sitio, cerca de la destilería que tuvo su padre en Valtuille de Abajo; así le rinde homenaje su pueblo
Acto de descubrimiento de la placa de la calle de Raúl Pérez. VALTUILLE DE ABAJO
A Raúl Pérez le llueven los reconocimientos por la calidad de los vinos que hace. El último, los 100 puntos Parker para uno que ni siquiera ha salido al mercado, La Muria. Al enólogo de la barba, uno de los mejores del mundo, le llueven los premios, aunque no se acostumbre; pero el que le dieron este fin de semana sus vecinos de Valtuille de Abajo no tiene parangón. Se le notaba en los ojos que no le cabía dentro más emoción.
A Raúl Pérez le han puesto una calle en su pueblo. Una placa ya lo acredita: «Calle del enólogo Raúl Pérez», dice simple y llanamente. Como es él, que haciendo gala de su sencillez cogió a hombros a su hijo para que hiciera los honores de descubrir aquello. Encima, una bandera del Bierzo que tanto pregona y defiende, porque es la tierra la que hace el vino y no al revés.
El hijo de Raúl Pérez fue el encargado de descubrir la placa. VALTUILLE DE ABAJO
En Valtuille de Abajo, Raúl Pérez es Raúl Perez el enólogo que hace magia; pero es, sobre todo, Raúl el hijo de Maruja y Pepe. Y ahí, muy cerca de donde su padre tuvo una destilería, es donde ya está la placa de la calle que lleva su nombre. Blanco sobre azul.
Fueron los suyos, su familia, sus amigos, quienes también hacen vino y los vecinos. Fueron los de siempre quienes le hicieron la fiesta. Y él agradeció de palabra y sin necesidad de ella el aprecio recibido. Un cariño que responde a lo que el enólogo da, que lleva su pueblo en la boca cada vez que habla de vino y hace lo que dice. Un hombre que ha convertido Valtuille de Abajo en cuna del vino, en el germen de los proyectos que han llevado a la DO Bierzo a lo más alto.
Entre los asistentes estuvo el periodista Javier Pérez Andrés. «Al son de las campanas, un pueblo entero acompaña al hombre que ha hecho de la sonrisa, la prudencia y la humildad una conducta de vida avalada por su conocimiento agronómico y enológico. Y por una filosofía que ya se ha instalado en el mapa del vino mundial», escribió después. Unas palabras que resumen lo que Raúl Pérez es para los que tiene cerca.
El mejor enólogo del mundo ya tiene una calle en su pueblo.