La tecnología 3D rompe la barrera espacial de los buracos de arte rupestre de Toreno

Las pinturas rupestres de Librán y San Pedro Mayo (Toreno) están escondidas en cuevas de difícil o muy difícil acceso. Algunas, incluso, son inaccesibles y de otras se desconoce hasta su ubicación. Extendidas a lo largo de la margen derecha del río Primout y en el denominado valle de Mayo, estas cavernas que dieron refugio a grupos de humanos que poblaron el territorio entre el 2500 y el 1700 antes de Cristo siguen siendo grandes desconocidas pese al empeño de algunos por ponerlas en valor. Desconocidas e inaccesibles pero no inquebrantables, ya que varias han sido objeto de un vandalismo despreciativo.

Precisamente, para avivar la demanda histórica sobre la necesidad de proteger el arte contenido en los abrigos rocosos de estos pueblos de Toreno y hacerlo visitable, así como generar conciencia y empatía hacia su conservación, se ha desarrollado un proyecto de digitalización que acaba de ser presentado y que permitirá a cualquiera desde cualquier parte del mundo acceder a cinco de estas cuevas (ahora llamadas buracos) a través de una plataforma virtual (buracos.xyz ).

La Cuevona, La Escondida, Los Corrales, El Buracón de los Mouros y Los Corralones II son los cinco buracos con arte rupestre esquemático en los que la tecnología ha permitido romper la barrera del espacio gracias al trabajo realizado, durante diez meses, por Pareid Arquitecture en colaboración con otros profesionales del ámbito de la programación, la animación, el sonido, el diseño audiovisual y la arqueología. El resultado ya se puede ver en la citada plataforma y se podrá apreciar también en varias pantallas táctiles que, en principio, se instalarán tanto en Librán como en San Pedro Mallo.

Las cinco cuevas o buracos han sido registradas mediante fotografías y escaneados tridimensionales, aplicando también software en la postproducción de imágenes para permitir al visitante virtual no solo acceder a la caverna, sino ver de cerca y en detalle cada una de las pinturas o paneles de arte rupestre e, incluso, interaccionar con ellas.

En ningún caso, eso sí, se descubren las localizaciones exactas de las cuevas con el ánimo de preservarlas ante posibles incursiones y también para garantizar la seguridad. La siguiente fase será conseguir que, al menos alguna de ellas, se pueda visitar y en ello ha incidido el alcalde de Toreno, Vicente Mirón, que aseguró que ya está programada una reunión con los responsables de Patrimonio para abordar las posibilidad que se plantean para este espacio que ya cuenta con alguna figura de protección administrativa (Bien de Interés Cultural) pero que no tienen protección.

Durante los últimos 30 años, el deterioro de los conjuntos de arte rupestre extendidos por el cañón del río Primout ha sido progresivo. La mala acción humana, en algunos casos, sumada a la de la propia naturaleza y las modificaciones impuestas por el cambio climático han hecho mella en la figuras esquemáticas de colores ocre y rojizo (hay alguna representación en otros tonos, como negro) que se pueden encontrar en los abrigos rocosos.